El caso entre Maribel Guardia e Imelda Garza Tuñón ha captado la atención de los medios de comunicación y del público en general.
Una disputa por la custodia de un niño, que se ha convertido en un escenario cargado de emociones, acusaciones y especulaciones.
En el centro de este conflicto se encuentra Juliancito, el hijo de la fallecida estrella de la música mexicana, Julián Figueroa.
Este enfrentamiento no solo involucra a las dos mujeres, sino también a la compleja situación emocional de un niño de siete años, que se encuentra en el centro de una batalla legal y familiar.
El origen del conflicto: ¿Qué hay detrás de la denuncia?
La controversia comenzó cuando Maribel Guardia, madre de Julián Figueroa y abuela del pequeño Juliancito, presentó una denuncia en la Fiscalía de la Ciudad de México.
La acusación de la actriz está relacionada con los presuntos problemas de salud mental de Imelda Garza Tuñón, la viuda de su hijo, quien, según Maribel, ha mostrado conductas inapropiadas para cuidar a su nieto.
Maribel presentó pruebas que alegan que Imelda padece una enfermedad mental y tiene comportamientos que podrían poner en riesgo la seguridad de Juliancito.
Por su parte, Imelda Garza ha reaccionado fuertemente ante las acusaciones, negando rotundamente las afirmaciones de Maribel Guardia.
En declaraciones públicas, Imelda expresó su frustración y dolor, acusando a la actriz de tratar de arrebatarle a su hijo debido a la tragedia personal que vivió al perder a su propio hijo, Julián Figueroa, en 2023.
Según Imelda, Maribel busca vengarse de su pérdida intentando quitarle la custodia de Juliancito, quien es el último vínculo que le queda con su difunto hijo.
La batalla en la Fiscalía: La custodia temporal de Juliancito
El martes 21 de enero de 2025, ambas mujeres se presentaron ante las autoridades para discutir la custodia de Juliancito.
Después de una larga espera, las autoridades determinaron que, mientras se realizaba la investigación de las acusaciones presentadas por Maribel Guardia, el niño permanecería bajo la custodia temporal de su abuela.
Esta decisión fue tomada con base en los testimonios y pruebas presentadas, pero la investigación aún está en curso.
Aunque la custodia temporal se otorgó a Maribel, el proceso no ha estado exento de controversia. Imelda Garza continúa luchando para recuperar a su hijo, y ha utilizado su voz para expresar su indignación.
En las cámaras de los medios, se le escuchó decir que el proceso estaba siendo influenciado por Maribel, a quien calificó de «persona muy mala». «No puedo creer que me estén haciendo esto, que me quieran quitar a mi hijo», comentó Imelda, en un claro grito de desesperación.
El dolor detrás del conflicto: ¿Quién tiene la razón?
En medio de la disputa, lo que queda claro es que tanto Maribel Guardia como Imelda Garza están profundamente afectadas por las circunstancias. Maribel, aunque ha manifestado que su prioridad es el bienestar de su nieto, no ha ocultado su preocupación por la salud mental y emocional de su nuera.
Según Maribel, para que un niño crezca en un entorno saludable, es fundamental que su madre esté «plena de sus facultades».
Por otro lado, Imelda Garza se muestra defensiva, afirmando que Maribel Guardia no tiene derecho a arrebatarle a su hijo.
La acusación de que Maribel desea vengarse de su pérdida personal pone en evidencia el dolor profundo que ambas mujeres están viviendo.
La madre de Julián Figueroa, al haber perdido a su hijo en 2023, enfrenta una de las pruebas más duras de su vida: lidiar con la muerte de su hijo y, ahora, con la custodia de su nieto, quien es lo último que le queda de él.
Un futuro incierto para Juliancito
La lucha por la custodia de Juliancito no es solo una batalla legal, sino también un enfrentamiento emocional. Tanto Maribel Guardia como Imelda Garza están enfrentando la complejidad de una situación familiar cargada de dolor y acusaciones.
El futuro del pequeño Juliancito está en manos de las autoridades, pero, más allá de la legalidad, lo que verdaderamente importa es el bienestar emocional y psicológico de un niño que, a su corta edad, ya ha vivido más de lo que muchos podrían soportar.
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