Cuando pensamos en las películas más icónicas de los 80s, Beetlejuice es uno de esos títulos que nunca pasa de moda. La película de Tim Burton, que originalmente se estrenó en 1988, ha dejado una huella imborrable en el cine de culto, gracias a su estilo único y su elenco memorable. Ahora, más de tres décadas después, la secuela Beetlejuice Beetlejuice ha llegado para sorprender a los fanáticos, con un regreso inesperado que, lejos de ser solo una repetición del pasado, ha sabido traer algo fresco y emocionante.
En esta nueva entrega, el toque de nostalgia se combina con un elenco renovado, pero con un guiño a los viejos tiempos. Winona Ryder y Michael Keaton, los protagonistas originales, regresan para continuar sus personajes, pero esta vez con un giro interesante: Ryder interpreta a una versión más madura de Lydia Deetz, mientras que su hija, Astrid, es interpretada por la joven estrella Jenna Ortega.
La química entre Winona Ryder y Jenna Ortega: una conexión inesperada
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de la secuela es la química entre las dos actrices, que dan vida a una madre e hija muy diferentes, pero profundamente conectadas. En una conferencia de prensa en un fan event realizado en Ciudad de México, Jenna Ortega compartió detalles de cómo fue el proceso para establecer esa conexión tan vital para la película.
«Para mí, se trataba más de profundizar en eso y, obviamente, de crear un vínculo con Winona tanto como fuera posible. Nos aseguramos de tener una buena química, lo cual fue súper fácil», confesó Ortega, quien reconoció lo importante que fue para ella lograr esa conexión tan auténtica con Ryder, especialmente dado el peso que tiene el personaje de Lydia Deetz en la cultura pop.
Un momento de realidad
Según Ortega, la verdadera magia sucedió cuando, después de varios días de filmación, tuvo la oportunidad de sentarse con Ryder en un momento privado, lejos del bullicio de las cámaras. «Creo que fueron tres días de filmación. Winona y yo nos sentamos y finalmente tuvimos tiempo de tener una conversación real. Todo sucedió muy rápido. Pero una vez que empezamos a hablar, simplemente no nos movimos. Parecían horas», relató Ortega.
Fue durante estos momentos que las dos actrices establecieron una relación cercana y genuina, algo que no se ve en todos los rodajes. Ortega recuerda que ni siquiera pensaron en sus teléfonos celulares o en tomar un descanso: «No tocamos nuestros teléfonos celulares, no fuimos al baño, no tomamos agua, nada. Fue increíble. Simplemente no podíamos parar».
El peso de continuar con el legado de Lydia Deetz
Para Jenna Ortega, el hecho de interpretar a la hija de Lydia Deetz no fue solo una oportunidad, sino también una gran responsabilidad. El personaje de Lydia, interpretado por Winona Ryder, ha sido uno de los más queridos por los fanáticos de Beetlejuice y, al estar ligada a él, Ortega sintió la presión de mantener su esencia. «Es realmente difícil estar relacionado con Winona Ryder, porque es muy genial y sencilla. Y Lydia es un personaje tan querido que creo que estar relacionado con ella de alguna manera fue una presión natural», confesó Ortega.
Beetlejuice Beetlejuice: El regreso que todos esperaban
La secuela de Beetlejuice no solo ha logrado captar la atención de los fanáticos de la primera película, sino que también ha atraído a una nueva generación de espectadores. Con una recaudación superior a los 450 millones de dólares y una crítica favorable, la película ha revivido la magia del universo creado por Tim Burton, al tiempo que ha dejado claro que no solo se trata de nostalgia, sino de una renovación refrescante.
Aunque por el momento Beetlejuice Beetlejuice solo está disponible para compra en Amazon Prime Video, los fanáticos que deseen revivir la película original pueden encontrarla en Max. La secuela promete seguir expandiendo el universo de Beetlejuice y presentando nuevas sorpresas que seguirán dejando huella en el mundo del cine.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil


TE PODRÍA INTERESAR