Es un psicópata narcisista y una sátira del fascismo, pero algunos fans de ‘The Boys‘ lo ven como un héroe. Exploramos las raíces de este inquietante fenómeno y la respuesta de su creador, quien no puede entenderlo. Esto es lo que revela sobre nuestra sociedad.
The Boys, la aclamada serie de Amazon Prime Video, es muchas cosas, pero sutil no es una de ellas. Desde su estreno, ha destacado por su brutal y satírica crítica al poder corporativo, la manipulación mediática, la cultura de la celebridad y el autoritarismo. En el centro de esta tormenta se encuentra Homelander (Patriota), un personaje diseñado como la encarnación de todo lo que está mal: un «Superman» sociópata, inseguro y con un insaciable deseo de dominación.
Sin embargo, un fenómeno sorprendente y perturbador ha crecido en los márgenes de su fandom: espectadores que no solo disfrutan del personaje como un villano complejo, sino que lo idolatran, lo ven como un héroe e incluso adoptan su imagen para causas políticas de ultraderecha. Esta interpretación ha desconcertado a los creadores y al elenco, y ha abierto un debate sobre la alfabetización mediática y cómo se consume la sátira en una era de polarización extrema.
Homelander: El Símbolo que Algunos No Entienden
Desde la primera temporada, la serie establece a Homelander como una figura despreciable. Deja caer un avión lleno de personas para proteger su imagen pública, desprecia a los discapacitados y manipula a todos a su alrededor. La cuarta temporada ha profundizado aún más en su retrato como una figura análoga a líderes autoritarios, utilizando la desinformación y el populismo para afianzar su poder. Personajes como Firecracker y Sister Sage son herramientas narrativas que exponen cómo se construyen las «fake news» y se vende un «propósito» a masas descontentas.
A pesar de esto, en foros de internet, redes sociales y hasta en manifestaciones políticas, han aparecido personas que se identifican con él. Comentarios en YouTube y Reddit defienden sus acciones o expresan el deseo de que «elimine a sus enemigos». Este grupo de seguidores ve su brutalidad no como una falla, sino como una fortaleza; su desdén por las normas, como una forma de autenticidad.
«La serie es muchas cosas. Sutil no es una de ellas. Si tú, por ejemplo, piensas que Patriota es un héroe, no sé qué más decirte. Simplemente levanto las manos.» – Eric Kripke, creador de ‘The Boys’.
La Respuesta del Creador: «Vayan a Ver Otra Cosa»
Eric Kripke, el showrunner de la serie, ha abordado este fenómeno en múltiples entrevistas, mostrando una mezcla de incredulidad y resignación. Ha sido explícito en que Homelander es una parodia de la ultraderecha y el fascismo, inspirado en parte por la figura de Donald Trump. La serie, según él, es una exploración de «la intersección entre celebridad y autoritarismo».
Ante las críticas de que el programa se ha vuelto «woke» por sus claras posturas políticas, la respuesta de Kripke es contundente: «Cualquiera que quiera tachar la serie de ‘woke’ o lo que sea, está bien. Que vaya a ver otra cosa. Pero desde luego no voy a andarme con rodeos ni a pedir disculpas por lo que estamos haciendo».
Esta firmeza subraya la intención de la serie: no es un entretenimiento escapista neutral. Es una obra con un punto de vista claro, y el hecho de que algunos espectadores lo malinterpreten o se sientan atacados es, en sí mismo, una prueba de su relevancia.
¿Por Qué Ocurre Este Fenómeno? Un Reflejo de la Realidad
La idolatría de Homelander no puede despacharse como un simple error de interpretación. Varios factores pueden explicarlo:
- Crisis de la Sátira: En un clima político donde la realidad a menudo supera a la ficción, la sátira pierde su capacidad de ser reconocida como tal por algunos sectores.
- Culto a la Fuerza: El personaje apela a una fantasía de poder absoluto, sin las restricciones de la moral o la ley. Para audiencias que se sienten impotentes o marginadas, esta fantasía puede ser atractiva.
- Estética vs. Ética: Algunos espectadores pueden sentirse atraídos por la estética del personaje (poderoso, carismático, físicamente «perfecto») y disociarla de sus acciones moralmente reprobables.
* Eco de las Redes Sociales: Plataformas como TikTok y Reddit pueden crear cámaras de eco donde interpretaciones minoritarias se refuerzan y validan mutuamente, creando «tribus» de fans con visiones compartidas, como los autodenominados «Home Boys».
El caso de los «fans de Homelander» es un espejo incómodo de nuestra era. Demuestra que la creación de un villano inequívocamente malvado ya no garantiza que todos lo vean como tal. En un mundo fracturado, incluso la crítica más evidente puede ser reinterpretada como una celebración por aquellos que, consciente o inconscientemente, comparten la visión del mundo del monstruo en la pantalla.
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