En la reciente bioserie Chespirito: Sin querer queriendo, millones de fanáticos se reencontraron con los personajes que marcaron su infancia. Sin embargo, algo llamó la atención: la ausencia de Jaimito el cartero, uno de los rostros más entrañables de la vecindad del Chavo. Y detrás de ese personaje estaba Raúl ‘Chato’ Padilla, un actor con una vida llena de historia que merecía ser contada.
Un actor nacido entre telones
Raúl Padilla nació el 17 de junio de 1918 en Monterrey, Nuevo León. Hijo de un actor y dueño de una compañía teatral, creció literalmente sobre un escenario. Él mismo decía que aprendió a caminar en una escuela de actuación. Su destino parecía sellado desde temprano: la actuación no fue una elección, sino una herencia.
Desde los 4 años, Raúl vivió para la interpretación. Participó en obras de teatro, películas, y telenovelas como La dueña o El usurpador. Pero donde verdaderamente brilló fue en la comedia, donde su calidez y presencia escénica conquistaron generaciones.
El legado de “Jaimito el cartero”
La llegada de Raúl Padilla al mundo de Chespirito ocurrió en 1979. Apareció primero en El Chapulín Colorado, y más tarde se integró a El Chavo del 8. Su personaje, Jaimito el cartero, llegó cuando figuras como Quico y Don Ramón ya habían partido del elenco.
Vestido con uniforme gris, montado en una bicicleta que nunca usaba, y con su emblemática frase “es que quiero evitar la fatiga”, Jaimito se convirtió en un símbolo de ternura y pausa en un universo de caos y gritos. Su cariño por Tangamandapio, su pueblo natal, quedó grabado en la cultura popular de México y América Latina.
¿Por qué fue omitido de la bioserie?
La omisión de Raúl Padilla en la bioserie generó frustración entre los fans. No se ha dado una razón oficial, pero algunos apuntan a que su incorporación tardía al programa podría haber llevado a los productores a centrar la historia en los primeros años del Chavo.
Sin embargo, eso no borra su contribución. La falta de mención no elimina su lugar en el corazón del público. Para muchos, Jaimito fue una de las razones por las que siguieron viendo el programa incluso cuando otros personajes se habían ido.
Un adiós que dejó huella
Raúl Padilla falleció en 1994, a los 75 años. Pero su sonrisa, su tono amable, su andar lento y sus frases memorables siguen vivas en los recuerdos de millones. Como dijo una vez Roberto Gómez Bolaños, “en este universo, todos tienen su momento; algunos, como Jaimito, también tienen eternidad”.Aunque no fue incluido en Sin querer queriendo, el público ha decidido recordarlo a su manera: compartiendo clips, anécdotas y frases que siguen inspirando sonrisas.


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