En noviembre de 2023, Nintendo sacudió al mundo gamer con el anuncio de una película live action de The Legend of Zelda. Después del éxito arrollador de Super Mario Bros.: La película, los fans soñaban con una adaptación cinematográfica de calidad, que hiciera justicia a la mítica saga y, por supuesto, a sus icónicos personajes: Link y Zelda.
Pero ahora que Shigeru Miyamoto ha revelado al elenco principal, las expectativas se han transformado en decepción.
El anuncio que rompió la ilusión
A mediados de esta semana, Miyamoto confirmó que Benjamin Evan Ainsworth interpretará a Link, mientras que Bo Bragason será la nueva princesa Zelda. En lugar de celebraciones, la comunidad reaccionó con una ola de críticas. En redes sociales, el hashtag #NotMyZelda se volvió tendencia global en cuestión de horas.
La razón de la molestia: muchos esperaban a Hunter Schafer en el rol de la princesa de Hyrule. Su rostro etéreo y su aura delicada la convertían, según los fans, en la elección perfecta. “Tiene los rasgos hylianos”, comentaban miles de usuarios en plataformas como Reddit, X (antes Twitter) y TikTok.
Fancast vs. realidad: cuando los sueños chocan con el casting
Desde que se anunció la película, circularon cientos de fancasts imaginando quiénes serían Link y Zelda. El nombre de Hunter Schafer fue uno de los más recurrentes, alimentado por su creciente fama en Euphoria y Balada de pájaros cantores y serpientes.
La elección de Bo Bragason sorprendió porque es una actriz emergente con poca visibilidad internacional, lo que generó aún más rechazo. Algunos fans la describen como “genérica” o “sin el carisma necesario” para encarnar a una princesa tan emblemática.
¿Es justa la reacción?
Si bien el fandom tiene derecho a expresar su opinión, también es cierto que juzgar a una actriz antes de verla en pantalla puede resultar apresurado. Bo Bragason podría sorprender como Zelda si el guion y la dirección (a cargo de Wes Ball) están a la altura. Pero, en tiempos de redes sociales, la percepción inicial puede marcar el destino de un estreno.
Nintendo, por ahora, guarda silencio ante la controversia, pero el daño ya está hecho: una gran parte de la comunidad se siente traicionada.
¿Un fenómeno inevitable?
El rechazo a un casting no es nuevo. Le pasó a Heath Ledger como Joker, a Daniel Craig como James Bond y a Robert Pattinson como Batman. En todos esos casos, el tiempo les dio la razón a los creativos.
Quizá con Zelda ocurra lo mismo. Quizá Bo Bragason logre reivindicar su lugar en la historia de Hyrule. Pero para eso, el estudio tendrá que convencer a un público exigente y nostálgico que no perdona fácilmente cuando siente que se ha “profanado” un clásico.


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