James Cameron ha sido categórico respecto a si  ¿deberían las películas de Netflix competir bajo las mismas reglas que las estrenadas en salas? Cada año, los Premios Oscar marcan uno de los momentos más importantes para la industria del cine. Más que una ceremonia, representan prestigio, visibilidad internacional y, para muchas producciones, una oportunidad de convertirse en fenómenos culturales o comerciales. Sin embargo, en una industria donde las plataformas digitales han transformado los hábitos de consumo, surge nuevamente la gran pregunta.

Las fuertes críticas de James Cameron hacia Netflix

Durante su participación en el podcast The Town with Matthew Belloni, Cameron expresó una postura firme sobre lo que considera la verdadera experiencia cinematográfica. Para él, el Oscar solo tiene sentido si reconoce películas concebidas y exhibidas para la gran pantalla. Su frase resonó con fuerza en Hollywood:
“Los Oscar no significan nada para mí si no se refieren a las salas de cine… Netflix debería poder competir si logra estrenar la película en 2,000 salas durante un mes.”

Con estas palabras, el director de Terminator, Titanic y la saga Avatar puso nuevamente sobre la mesa una tensión que lleva años creciendo: el conflicto entre estrenos tradicionales y producciones exclusivas de streaming. Mientras plataformas como Netflix argumentan que democratizan el acceso al cine, creativos como Cameron defienden el ritual colectivo de asistir a una sala oscura, con sonido envolvente y pantalla gigante, como una experiencia insustituible.

Un cineasta comprometido con la experiencia en salas

La influencia de Cameron en la industria no es menor. Con una carrera marcada por avances técnicos y éxitos de taquilla, su opinión tiene peso entre directores, estudios y audiencias. Su defensa de la sala de cine no es nueva: desde sus inicios ha promovido la innovación visual justamente para potenciar la experiencia del espectador en pantallas gigantes.

Con el próximo estreno de Avatar 3: Fuego y Cenizas, se espera que Cameron vuelva a dominar la taquilla global. El cineasta apuesta por producciones que requieren una inmersión audiovisual que difícilmente puede replicarse en casa. Esto refuerza su postura sobre por qué las películas hechas para plataformas, que no buscan ese tipo de impacto, no deberían competir bajo las mismas reglas de los Oscar.

Streaming vs. salas: un debate que no se apaga

El crecimiento de las plataformas ha cambiado por completo el panorama. Netflix, en particular, ha buscado legitimarse como un competidor serio en premios. Películas como Roma, El irlandés o Historia de un matrimonio han demostrado que la compañía puede producir cine de alto nivel. Sin embargo, la polémica surge porque muchas de estas cintas tienen estrenos limitados, solo para cumplir con los requisitos mínimos de la Academia, mientras la audiencia principal se encuentra en el hogar.

Para cineastas como Cameron, esto genera una ventaja injusta y amenaza el ecosistema de las salas, que dependen de grandes estrenos para sobrevivir. La discusión se intensifica porque la Academia ha flexibilizado sus normas en los últimos años, especialmente durante la pandemia, cuando las salas estaban cerradas y se permitió que películas sin exhibición física calificaran.

La postura de Cameron sobre la IA y la creación artística

No es la primera vez que Cameron se enfrenta a las nuevas dinámicas tecnológicas. En el pasado, ha sido contundente sobre su rechazo al uso de inteligencia artificial para tareas vinculadas al guion y la creatividad, argumentando que ninguna herramienta puede reemplazar el enfoque humano en la narrativa cinematográfica. Su filosofía de trabajo se mantiene alineada con el modelo clásico: tecnología sí, pero siempre al servicio del arte, jamás como sustituto del proceso creativo.

Al unir su rechazo a la IA con su crítica hacia las plataformas de streaming, Cameron refuerza una visión clara: el cine debe ser concebido y vivido como un acto artístico completo, no como un producto más del catálogo digital.

¿Hacia dónde va el futuro de los Oscar?

La industria sigue en transición y la definición de “experiencia cinematográfica” se vuelve más amplia y compleja con cada año. ¿Debe la Academia adaptarse aún más a los nuevos tiempos? ¿O debe proteger las tradiciones que dieron forma al séptimo arte? La opinión de Cameron reabre una conversación necesaria en tiempos donde la rapidez del consumo digital podría estar transformando la esencia misma del cine.

Mientras Netflix y otras plataformas continúan su expansión, voces como la de Cameron mantienen viva la defensa de la sala como el espacio donde el cine alcanza su máxima expresión. El debate está lejos de concluir y, con cada temporada de premios, volverá a arder.