El director mexicano Guillermo del Toro volvió a encender el debate sobre la Inteligencia Artificial (IA) en el cine y la cultura. Durante una presentación reciente, el ganador del Óscar lanzó una dura crítica contra el uso indiscriminado de la tecnología en la creación artística, advirtiendo que su abuso puede conducirnos a una peligrosa pérdida de humanidad.
“Cuando nos roban el arte y la emoción, nos llevan a la estética del fascismo”, declaró el director de La forma del agua ante un público que lo ovacionó de pie.
Con esa frase, Del Toro dejó claro que el riesgo de la IA no solo se limita al desplazamiento laboral, sino a la erosión del espíritu creativo que da sentido al arte.
Frankenstein, el arte hecho por humanos
Mientras defendía el carácter artesanal de su próxima película, Frankenstein, Del Toro reafirmó que su obra fue concebida sin asistencia de IA:
“En esta película todos los decorados son reales. Es una ópera hecha por humanos y para humanos. El arte no solo es necesario, es urgente”.
La audiencia respondió con un aplauso cerrado antes de que el cineasta se despidiera con un irónico y potente mensaje:
“La IA se puede ir al c&$rajo”.
Su tono reflejó frustración, pero también un llamado a resistir la deshumanización del arte en una época dominada por algoritmos y automatización.
El miedo de Hollywood ante la inteligencia artificial
Las palabras de Del Toro se suman a un creciente temor en la industria del entretenimiento. Durante las huelgas recientes, la IA fue uno de los puntos más tensos, debido a su potencial para suplantar actores, guionistas y artistas visuales.
El caso más polémico es el de Tilly Norwood, una actriz creada completamente por Inteligencia Artificial que ya cuenta con representación y miles de seguidores. Su existencia ha generado indignación entre celebridades como Emily Blunt y Melissa Barrera, quienes calificaron la tendencia de “aterradora” y “asquerosa”.
La IA amenaza con transformar el cine en un laboratorio de simulacros, desplazando el trabajo humano que Del Toro considera el núcleo del arte auténtico.
“No me asusta la IA, me asusta la estupidez natural”
Del Toro, fiel defensor de los efectos prácticos y del trabajo manual, mantiene una postura clara: la tecnología no es el enemigo, sino el uso irresponsable de la misma.
“A mí la inteligencia artificial no me asusta… me asusta la estupidez natural, que es más abundante”, afirmó entre risas, provocando una mezcla de reflexión y humor entre los asistentes.
Durante su intervención en la Comic-Con de San Diego, el cineasta comparó el arte generado por IA con comida vacía:
“Hay una diferencia entre un dulce para tus ojos y una proteína para tus ojos. El arte necesita personalidad, conocimiento y emoción. Eso no lo puede crear una chingada app”.
Una defensa del arte como resistencia
La crítica de Guillermo del Toro no es solo tecnológica, sino ideológica. En su visión, el arte actúa como una barrera contra la deshumanización y la apatía, dos efectos colaterales de una era dominada por el algoritmo.
Sus palabras resuenan como un manifiesto para una generación de creadores que buscan equilibrio entre innovación y autenticidad. “Mantenernos humanos”, dijo, es el mayor acto de resistencia en estos “tiempos de terror e intimidación”.
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