Una noticia inesperada sacudió su vida
A finales de 2022, el mundo de Susana Zabaleta, reconocida cantante, actriz y figura icónica de la cultura mexicana, dio un giro inesperado. Un diagnóstico médico —según trascendió recientemente en medios y personas cercanas a su entorno— cambió todo: cáncer de ganglios linfáticos, específicamente linfoma de Hodgkin.
A partir de ese momento, la mujer poderosa y multifacética que el público aplaudía en escenarios y pantallas, enfrentó en silencio su prueba más dura. Y lo hizo con esa mezcla única de entereza, vulnerabilidad y arte que la caracteriza.
Silencio, miedo… y resiliencia
Según fuentes cercanas al comediante Ricardo Pérez, actual pareja de Zabaleta, la cantante pasó por momentos de profunda depresión, especialmente al inicio del diagnóstico. Como muchas personas enfrentando una enfermedad de esta magnitud, se alejó de ciertos vínculos, se refugió en otros y reorganizó emocionalmente su entorno.
A pesar de la incertidumbre, Susana nunca se mostró derrotada frente a sus hijos, Matías y Eli. Con ellos, fue el ejemplo de coraje, contención y amor. Mostró la sonrisa, aunque por dentro temiera. Así son las madres, las artistas, las luchadoras.
El amor como medicina: el rol de Ricardo Pérez
En su pareja, Ricardo Pérez, encontró un refugio emocional vital. Una fuente cercana declaró que el diagnóstico la unió aún más con él. Ricardo supo acompañarla sin invadir, escucharla sin juzgar, sostenerla sin prometer lo que no podía controlar.
Zabaleta, siempre intensa, libre y apasionada, halló en este proceso una nueva dimensión del amor: una que no se alimenta del escenario, sino del silencio compartido en una sala de hospital, en una madrugada de miedo, en una mirada que dice «aquí estoy».
La revelación de Francisco Céspedes
Aunque Susana eligió mantener en privado su proceso, fue Francisco Céspedes quien hizo pública la noticia, mencionando que su amiga había atravesado por un diagnóstico de cáncer. Posteriormente, TVNotas confirmó que se trató de un linfoma de Hodgkin, tipo de cáncer que afecta el sistema linfático y que, aunque complejo, puede ser tratado con éxito si se detecta a tiempo.
Una nueva Susana: más fuerte, más agradecida
La fuente cercana reveló que Zabaleta considera esta experiencia como una segunda oportunidad. En su intimidad, se ha mostrado agradecida con la vida, con la ciencia, con su familia y con el amor que la rodeó.
A pesar del miedo inicial, hoy se dice que está recuperada, más consciente, y enfocada en disfrutar lo esencial. Las presentaciones, los aplausos, el trabajo… todo tiene ahora otro valor.
Susana no solo venció una enfermedad. Venció también la soledad del diagnóstico, el estigma del silencio y el temor al futuro incierto. Y lo hizo siendo fiel a su esencia: una mujer intensa, irreverente, amorosa, madre, pareja y artista.
Reflexión final: la vida después del cáncer
Zabaleta se suma a una larga lista de artistas que han enfrentado el cáncer y han salido más fuertes. Pero su historia resuena diferente. Quizá por su autenticidad, por su carácter inquebrantable o por su forma de transformar el dolor en arte.
Su historia no es solo un testimonio de salud, sino también de renacimiento emocional, afectivo y espiritual. En tiempos donde la fama suele disfrazar la vulnerabilidad, Susana eligió sanar desde el alma.


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