La trastienda de Hollywood vuelve a ofrecernos un drama legal de alto voltaje, protagonizado por dos de sus estrellas: Blake Lively y Justin Baldoni. Lo que comenzó como una colaboración en la esperada película «It Ends With Us» ha derivado en un cruce de acusaciones de acoso sexual, una contrademanda por la friolera de $400 millones y, como si fuera poco, un jugoso rumor que vincula el presunto declive comercial de Lively con nada menos que los fans de Taylor Swift. ¡Abróchense los cinturones!
El origen del conflicto: Acusaciones de acoso y contrademanda millonaria
El escándalo estalló en diciembre de 2024, cuando Blake Lively interpuso una demanda contra su coprotagonista Justin Baldoni. Las alegaciones eran serias: Lively acusaba a Baldoni de acoso sexual, de mantener un comportamiento «perturbador» durante el rodaje de «It Ends With Us» y de orquestar una campaña de desprestigio en su contra.
La respuesta de Baldoni no se hizo esperar. En enero de 2025, el actor y director contraatacó con una demanda por difamación y extorsión, reclamando la asombrosa cifra de $400 millones no solo a Lively, sino también a su esposo, Ryan Reynolds, y a su publicista, Leslie Sloane. El escenario estaba listo para una batalla legal sin cuartel.
Giro en el caso: La «Prueba Clave» de Baldoni se desmorona
La multimillonaria demanda de Baldoni parecía apoyarse, en parte, en un mensaje de texto de un reportero, James Vituscka, que supuestamente atribuía a Leslie Sloane, la publicista de Lively, la afirmación de que Baldoni había «agredido sexualmente» a la actriz. Este término, considerablemente más grave que «acoso», era una pieza central en la narrativa de difamación de Baldoni.
Sin embargo, en un giro digno de un guion de Hollywood, Vituscka admitió recientemente haber utilizado incorrectamente el término «agredida sexualmente». Ahora, el reportero afirma que Sloane nunca pronunció esas palabras y que su mensaje se refería a las acusaciones generales contenidas en la denuncia original de Lively, no a una conversación específica con Sloane. El equipo legal de Sloane, del prestigioso bufete Boies Schiller Flexner, no ha tardado en señalar que esta retractación dinamita la credibilidad de la contrademanda de Baldoni.
Si la «prueba» más contundente de que la publicista de Lively difundió una acusación tan específica y grave se basa en un error periodístico, la multimillonaria reclamación por difamación de Baldoni podría verse reducida a cenizas, cambiando drásticamente el equilibrio de poder en este litigio.
Otro revés para Lively: Reclamo por «Angustia Emocional» desestimado
Pero no todas son buenas noticias para el equipo de Lively. A principios de junio de 2025, un juez de Nueva York asestó un golpe a la actriz al dictaminar que su intento de retirar –sin perjuicio, es decir, con la posibilidad de reintroducirlo más tarde– su reclamo por «angustia emocional» contra Baldoni era inválido. Esta decisión, en la práctica, elimina dicho reclamo de la demanda.
Este punto había sido objeto de tensión, ya que el equipo legal de Baldoni había presionado para obtener acceso a los registros médicos de Lively con el fin de verificar la supuesta angustia emocional.
Aunque la pérdida de este reclamo es un revés procesal para Lively, su impacto estratégico podría ser limitado si las acusaciones principales de acoso sexual y represalias se mantienen firmes con pruebas sólidas.
A menudo, los reclamos por angustia emocional son complejos de probar y pueden abrir la puerta a intrusiones en la privacidad del demandante. Su eliminación podría incluso simplificar el caso para Lively, permitiéndole centrarse en los hechos fundamentales del presunto acoso.
El «lado B» del escándalo: ¿Negocios de Lively en caída libre por culpa de los Swifties?
Y aquí es donde el chisme se pone aún más jugoso y se adentra en el terreno de la especulación informada. Según un reciente informe de Puck, citado en varias fuentes, la marca de cuidado del cabello de Blake Lively, Blake Brown, habría experimentado una estrepitosa caída en ventas de hasta un 78% desde que estalló el escándalo con Baldoni.
Las proyecciones para 2025 son sombrías: menos de $15 millones en ventas, un desplome considerable desde una valoración estimada anterior de $100 millones.
Pero, ¿a qué se debe este colapso? Aquí es donde entra en juego el nombre de Taylor Swift. Se rumora con insistencia –y esto debe tomarse como tal, un rumor analizado– que la reacción negativa contra Lively y sus negocios se ha visto intensificada por una disminución del apoyo de la influyente base de fans de Taylor Swift, los «Swifties».
Blake Lively, quien durante años fue una figura prominente en el círculo íntimo de la superestrella del pop, habría visto cómo su favorabilidad pública se desvanecía, coincidiendo con una caída en el interés de los consumidores por sus productos.
Si este «efecto Swiftie» es real, estaríamos ante una demostración palpable del inmenso poder –y la potencial volatilidad– que conllevan las asociaciones con mega-celebridades y sus devotos ejércitos de seguidores. Taylor Swift no solo domina las listas de música; su influencia cultural es tal que un cambio en la percepción de su círculo cercano podría tener consecuencias económicas directas y masivas.
Esto subraya una verdad incómoda de Hollywood: la imagen pública, las amistades estratégicas y la percepción de los fans pueden ser tan cruciales para el éxito comercial de una marca de celebridad como la calidad del producto en sí.
Es el «lado B» de la fama, donde la lealtad de un fandom puede construir imperios o, como se rumora en este caso, contribuir a su declive. ¿Ha pagado Blake Lively un precio inesperado por este escándalo, no solo en los tribunales sino también en la corte de la opinión pública Swiftie?
Próximos pasos legales
Con giros y revelaciones casi semanales, esta saga legal está lejos de terminar. El juicio entre Blake Lively y Justin Baldoni está actualmente programado para marzo de 2026. Hasta entonces, podemos esperar más maniobras legales, filtraciones y, por supuesto, mucho chisme.
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