La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX), confirmó la llegada de una tormenta geomagnética a la Tierra durante las próximas horas. El fenómeno, resultado de una serie de fulguraciones solares y eyecciones de masa coronal (CME), podría generar alteraciones temporales en comunicaciones, sistemas satelitales y redes eléctricas.

El reporte del SCIESMEX indica que el Sol ha mostrado una actividad inusualmente intensa en los últimos días, con varias explosiones de alta magnitud —incluyendo una fulguración de clase X5, una de las más potentes del ciclo solar actual—. Estas eyecciones, dirigidas directamente hacia la Tierra, podrían impactar el campo magnético terrestre entre la tarde-noche del martes y el miércoles 12 de noviembre.

Un Sol activo y una Tierra en alerta

Las fulguraciones solares son potentes liberaciones de energía en la superficie del Sol que emiten radiación electromagnética hacia el espacio. Cuando se acompañan de una eyección de masa coronal, las partículas cargadas viajan a gran velocidad y, al llegar a la Tierra, pueden perturbar su magnetosfera, generando tormentas geomagnéticas.

Según el SCIESMEX, el impacto de las partículas podría comenzar a sentirse desde la noche del martes, alcanzando su punto máximo durante el miércoles. Aunque no se espera un evento extremo, el fenómeno se clasifica como una tormenta geomagnética moderada a fuerte, capaz de alterar equipos tecnológicos sensibles.

Este tipo de episodios no son nuevos: en mayo y octubre de 2024, tormentas similares causaron interrupciones menores en satélites y comunicaciones de aviación, además de espectaculares auroras visibles en latitudes poco habituales, como el norte de México.

Posibles consecuencias para los sistemas tecnológicos

De acuerdo con la UNAM, las tormentas geomagnéticas no representan un riesgo para la salud humana, pero sí pueden provocar afectaciones en infraestructuras tecnológicas críticas.

Entre los efectos previstos destacan:

• Interrupciones en las comunicaciones por radio de alta frecuencia, utilizadas en aviación, transporte marítimo y servicios de emergencia.
• Desajustes en los sistemas de posicionamiento global (GPS/GNSS), que pueden alterar la sincronización de datos en transporte, agricultura y redes bancarias.
• Anomalías en satélites de comunicación y observación terrestre, con posibles fallas en la transmisión de datos o pérdida temporal de señal.
• Fluctuaciones en redes eléctricas, especialmente en sistemas de gran extensión, debido a corrientes inducidas por el campo magnético perturbado.

El SCIESMEX enfatizó que mantiene una vigilancia continua del clima espacial, en coordinación con el Sistema Nacional de Protección Civil, para emitir actualizaciones conforme evolucione la tormenta. También recomendó a las instituciones con equipos dependientes de señales satelitales tomar precauciones preventivas.

Auroras boreales visibles en latitudes inusuales

Uno de los efectos más espectaculares de este tipo de tormentas son las auroras polares, que podrían volver a aparecer en regiones poco comunes si la intensidad del evento aumenta.

El SCIESMEX explicó que las auroras se generan cuando las partículas solares chocan con el campo magnético terrestre y las moléculas de oxígeno y nitrógeno de la atmósfera. Este proceso libera energía en forma de luz, creando destellos en tonos verdes, rojos y violetas.

En los eventos de 2024, estas luces fueron visibles desde zonas tan lejanas de los polos como el norte de México, el sur de Europa y algunas regiones de Estados Unidos. Si las condiciones se repiten, los observadores podrían tener nuevamente la oportunidad de disfrutar de este espectáculo natural, siempre que el cielo esté despejado y libre de contaminación lumínica.

El monitoreo continúa

El Servicio de Clima Espacial México mantiene la vigilancia sobre la actividad solar y recomienda a la población seguir los canales oficiales de la UNAM y Protección Civil para obtener información actualizada.

Aunque el fenómeno puede provocar pequeñas disrupciones tecnológicas, los especialistas aseguran que no existe peligro directo para las personas, y destacan la importancia de la observación científica para mejorar la predicción y mitigación de riesgos del clima espacial.

Con cada evento como este, la comunidad científica refuerza su conocimiento sobre la interacción entre el Sol y la Tierra, recordando que, en una era cada vez más dependiente de la tecnología, la actividad solar puede tener un impacto tangible en nuestra vida cotidiana.