Interrumpir en medio de una conversación es un hábito que puede resultar incómodo y desgastante para quienes lo padecen. La psicología señala que esta tendencia no siempre obedece a una sola razón, sino a múltiples factores emocionales y cognitivos.
Algunas personas interrumpen por falta de respeto o porque sienten una supuesta superioridad, incluso ligada a prejuicios culturales, de género o raciales. Otras lo hacen por dificultades de autocontrol, lo que refleja problemas para manejar impulsos o emociones.
También influyen el entusiasmo y la ansiedad: hay individuos que, por exceso de emoción, no logran esperar su turno de palabra. En el extremo opuesto están quienes interrumpen por inseguridad o sensación de inferioridad en entornos sociales, intentando hacerse notar. En algunos casos, incluso puede haber una base neurológica que impida regular estos comportamientos.
¿Cómo dejar de interrumpir?
De acuerdo con la psiquiatra Ana Isabel Sanz, el primer paso es reconocer la conducta y aceptar que debe corregirse. La mejora depende de la voluntad personal y del compromiso por transformar el patrón comunicativo.
Los avances pueden lograrse mediante enfoques cognitivo-conductuales, donde se aplican pequeñas auto-intervenciones que ayudan a escuchar activamente y a esperar el turno para hablar. Cada logro refuerza la motivación, sobre todo al recibir respuestas positivas del entorno.
Con práctica, paciencia y consciencia, es posible transformar esta tendencia y fortalecer las habilidades de comunicación, lo que abre la puerta a relaciones más sanas y satisfactorias.


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