La comunidad científica internacional ha lanzado una nueva señal de alerta: la Tierra habría alcanzado su primer “punto de inflexión climático” global, tras confirmarse la muerte masiva de los arrecifes de coral en distintas partes del planeta. Según un informe publicado por la Universidad de Queensland y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), la pérdida acelerada de estos ecosistemas marinos representa un cambio profundo y posiblemente irreversible en el equilibrio del sistema climático y oceánico terrestre.
Los investigadores señalan que, incluso si se redujeran drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos años, más del 90% de los arrecifes tropicales podrían desaparecer antes de 2050, alterando la biodiversidad marina y el sustento de millones de personas que dependen de ellos.
Qué significa un “punto de inflexión climático”
En términos científicos, un punto de inflexión climático es el momento en que un sistema natural cruza un umbral y ya no puede regresar a su estado original, incluso si se revierten las condiciones que lo llevaron a ese punto. En este caso, los arrecifes de coral, que actúan como pulmones y escudos del océano, han comenzado a colapsar a un ritmo que no puede ser compensado naturalmente.
Los corales son extremadamente sensibles al aumento de la temperatura del mar. Cuando las aguas se calientan más allá de los 30°C por periodos prolongados, los corales expulsan las algas simbióticas que les proporcionan color y nutrientes, un fenómeno conocido como blanqueamiento. Si el estrés térmico continúa, los corales mueren y dejan atrás estructuras calcáreas vacías, que se erosionan con el tiempo.
Según el estudio, el ritmo actual de pérdida y el incremento sostenido de las temperaturas oceánicas indican que este ecosistema ya ha superado su capacidad de recuperación.
Los arrecifes: una víctima clave del calentamiento global
Los arrecifes de coral cubren menos del 1% del fondo oceánico, pero albergan alrededor del 25% de todas las especies marinas conocidas, desde peces tropicales hasta crustáceos y moluscos. Además, funcionan como barreras naturales que protegen las costas de tormentas, erosión y huracanes, y son fuente de alimento y sustento económico para más de 500 millones de personas en el mundo.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) reportó que 2024 fue el año más caluroso registrado en los océanos, con olas de calor marinas que alcanzaron niveles “sin precedentes históricos” en el Pacífico, Atlántico e Índico. Regiones como el Caribe, Australia y el sudeste asiático sufrieron blanqueamientos superiores al 70%.
De acuerdo con los especialistas, la pérdida de los corales podría tener un efecto dominó, afectando la productividad pesquera, el turismo costero y la capacidad del océano para absorber dióxido de carbono, lo que agravaría aún más el calentamiento global.
Por qué este punto es considerado global
A diferencia de otros fenómenos ambientales localizados, el colapso de los arrecifes de coral tiene implicaciones planetarias. Al modificarse la química del océano y su capacidad para regular la temperatura, se altera también el equilibrio climático terrestre.
Los expertos advierten que este es el primer punto de inflexión global alcanzado en la era moderna, porque involucra un sistema interconectado que influye directamente en el clima, la biodiversidad y la economía mundial. “Estamos viendo la primera señal inequívoca de que el cambio climático está alterando permanentemente la biosfera del planeta”, señaló el investigador Terry Hughes, del Centro de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral.
Si no se toman medidas urgentes, otros puntos de inflexión podrían seguirle, como el derretimiento irreversible del hielo ártico, la pérdida del Amazonas o el colapso del permafrost, que liberaría grandes cantidades de metano.
¿Aún es posible revertir el daño?
Aunque el colapso total parece inevitable en ciertas regiones, los científicos insisten en que aún se pueden preservar y restaurar fragmentos de arrecifes si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y se limitan otras presiones locales, como la contaminación y la pesca destructiva.
Proyectos en Indonesia, Australia y México ya experimentan con corales resistentes al calor, capaces de sobrevivir en aguas más cálidas. Sin embargo, estos esfuerzos solo podrán tener impacto si se acompañan de políticas globales de mitigación climática.
El IPCC recalca que cada décima de grado de calentamiento evitada aumenta las probabilidades de conservar parte de estos ecosistemas vitales. La transición energética, la protección de zonas costeras y la educación ambiental son estrategias clave para frenar el deterioro.
El anuncio de que la Tierra habría alcanzado su primer punto de inflexión climático marca un antes y un después en la lucha contra el cambio climático. Los arrecifes de coral, más allá de su belleza natural, son pilares de la vida marina y de la estabilidad ecológica global. Su desaparición no solo representa la pérdida de un ecosistema, sino también una advertencia clara de lo que podría ocurrir con otros sistemas si no se actúa a tiempo.
Cuidar el planeta implica entender que los océanos son el corazón del clima. Si los corales desaparecen, la Tierra entera pierde parte de su capacidad para respirar y regular su equilibrio natural. El mensaje de la ciencia es claro: aún hay esperanza, pero el margen de acción se está agotando.


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