viernes, diciembre 19, 2025

Producción industrial da un giro clave en la economía mexicana

Producción industrial enfrenta un escenario complejo en 2025 con retrocesos manufactureros, resiliencia en construcción y ajustes

La producción industrial volvió a colocarse en el centro de la conversación económica en México tras el más reciente reporte del Inegi, un documento que no solo presenta cifras, sino que retrata el pulso real de fábricas, minas, obras y plantas energéticas que sostienen buena parte del empleo y la inversión nacional.

La historia reciente de la producción industrial es la de un país que avanza con cautela, que acelera en algunos frentes mientras frena en otros, y que intenta adaptarse a un entorno global incierto, marcado por ajustes monetarios, desaceleración externa y transformaciones internas profundas.

En octubre de 2025 registró una disminución anual de 0.7 por ciento, un dato que, aunque moderado, confirma que el sector atraviesa una fase de enfriamiento que no puede ignorarse y que obliga a mirar más allá del número principal.

El peso de la manufactura en el balance anual

Durante el último año ha resentido con mayor fuerza el comportamiento de las industrias manufactureras, que mostraron una caída anual de 1.4 por ciento, reflejo de una menor demanda, ajustes en inventarios y cautela en la inversión productiva.

La producción industrial en manufactura no solo es una estadística: es el reflejo de cadenas de valor completas que se ralentizan, desde proveedores de insumos hasta transporte y logística, afectando regiones enteras del país.

A este escenario se suma la minería, otro componente relevante de la producción industrial, que retrocedió 0.7 por ciento anual, impactada por menores volúmenes de extracción y por un contexto internacional menos favorable para algunos minerales.

Construcción y energía: los contrapesos del sector

No todo fue negativo en el panorama de la producción industrial. La construcción mostró un crecimiento anual de 1.5 por ciento, consolidándose como uno de los motores que amortiguan la desaceleración en otros rubros.

Está ligada a infraestructura pública y privada ha encontrado soporte en proyectos en marcha, vivienda y obra civil, lo que mantiene activa una parte importante del empleo formal.

También el sector energético aportó señales positivas a la producción industrial, con un crecimiento anual de 1.7 por ciento en generación, transmisión y suministro, un rubro estratégico que sostiene a múltiples actividades económicas.

El repunte mensual que cambia la narrativa

Aunque el balance anual es negativo, la producción industrial registró en octubre un avance mensual de 0.7 por ciento frente a septiembre, un dato que introduce matices y evita lecturas lineales.

Este repunte de la producción industrial estuvo impulsado principalmente por la construcción, que creció 3.8 por ciento en el mes, confirmando su papel como estabilizador en momentos de debilidad general.

La minería y el sector energético también aportaron al crecimiento mensual de la producción industrial, con avances de 0.7 y 1.6 por ciento, respectivamente, mientras que la manufactura fue el único componente con retroceso mensual.

Un acumulado que refleja el reto estructural

En el acumulado de enero a octubre de 2025, la producción industrial presenta una contracción de 1.7 por ciento frente al mismo periodo del año anterior, una cifra que sintetiza las tensiones persistentes del sector.

La producción industrial acumulada muestra caídas significativas en minería, con 7.7 por ciento, así como en construcción y manufactura, confirmando que la recuperación no ha sido homogénea.

Este desempeño acumulado de la producción industrial obliga a replantear estrategias de inversión, productividad y modernización, especialmente en sectores que enfrentan rezagos tecnológicos o costos crecientes.

Cómo se mide el pulso industrial del país

El seguimiento de la producción industrial se realiza a través del Indicador Mensual de la Actividad Industrial, un instrumento que integra información del Producto Interno Bruto y de encuestas clave levantadas por el Inegi.

Gracias a este sistema, la producción industrial puede analizarse con un nivel de detalle que permite identificar tendencias tempranas y anticipar movimientos en la economía general.

La producción industrial, medida de forma constante, se convierte así en una brújula para empresas, inversionistas y autoridades, que ajustan decisiones a partir de estos datos.

Lo que viene para el cierre de 2025 y el inicio de 2026

El comportamiento reciente de la producción industrial sugiere un cierre de año con cautela, pero también con oportunidades si los repuntes mensuales logran consolidarse.

Para 2026, la producción industrial enfrentará el desafío de reactivar la manufactura, sostener la inversión en construcción y aprovechar la estabilidad del sector energético como palanca de crecimiento.

En ese contexto, la producción industrial no solo será un indicador económico, sino una narrativa viva del rumbo que toma la economía mexicana en un entorno global cambiante.

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