Un grupo de paleontólogos ha revelado un nuevo dinosaurio carnívoro en la formación rocosa Lago Colhué Huapi, en la Patagonia argentina. Este depredador, llamado Joaquinraptor casali, medía aproximadamente 7 metros de largo y pertenece a los misteriosos megaraptoranos, conocidos por sus garras enormes y poderosas y cráneos alargados.
Lucio Ibiricu, del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología, destacó que este hallazgo es significativo porque los fósiles de megaraptoranos suelen estar incompletos, y este es uno de los esqueletos más completos descubiertos hasta ahora.
Características y dieta del Joaquinraptor
El equipo de investigación desenterró partes del cráneo, brazos, piernas y cola, notando características únicas que sugieren que se trata de una nueva especie. El dinosaurio probablemente se alimentaba de huesos de antiguos cocodrilos, lo que indica su papel como depredador principal en las llanuras aluviales prehistóricas de Sudamérica.
Federico Agnolin, del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, señaló que este hallazgo llena un vacío importante en la comprensión de los megaraptoranos y su evolución, ya que ofrece un registro más completo de su anatomía y hábitos alimenticios.
Contexto temporal y paleobiológico
Se estima que Joaquinraptor casali vivió hace entre 66 y 70 millones de años, cerca de la extinción masiva de los dinosaurios. Al momento de su muerte, tenía al menos 19 años, aunque aún se desconoce la causa de su fallecimiento.
Uno de los fósiles recuperados muestra un hueso de pata delantera de cocodrilo antiguo entre sus mandíbulas, lo que confirma indicios de su dieta carnívora y ayuda a reconstruir la cadena alimenticia de su ecosistema prehistórico.
Un homenaje familiar en la ciencia
Ibiricu decidió nombrar al dinosaurio en honor a su hijo Joaquín. Aunque el niño aún no se había interesado por los dinosaurios, su padre consideró que le habría gustado ver un dinosaurio con su nombre. Este gesto combina la pasión personal con el avance científico, mostrando que la paleontología también puede tener un lado humano y emotivo.
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