Daris Rubio: tecnología y espiritualidad en la sierra hidalguense
En Jacala, Hidalgo, nació una de las mentes más innovadoras de México: Daris Rubio, artista e inventora hñähñu, quien ha demostrado que la ciencia puede dialogar con los saberes ancestrales. Su más reciente creación, Pozük’eñä, no es solo un dron con sensores, es una serpiente tecnológica que navega por las aguas del río Amajac para contar la historia del territorio y revelar lo que los ojos no ven: la calidad del agua que sustenta a las comunidades.
El origen de la serpiente tecnológica
El nombre Pozük’eñä significa “víbora de cascabel” en lengua otomí. La inspiración llegó de los relatos de su abuela Cele, quien transmitió oralmente la visión espiritual de las serpientes como guardianas del río. Esa cosmovisión indígena se unió al ingenio electrónico de Daris, creando un dispositivo que imita el movimiento de estos animales y que integra principios de biomimética y aerodinámica adaptados a la sierra hidalguense.
Un dron que mide la salud del río Amajac
Rubio diseñó un sistema de propulsión para transportar sensores capaces de registrar parámetros físicos y químicos del agua. Con esta información, los resultados se procesan en laboratorio para identificar niveles de contaminación y sustancias presentes en el afluente. Hasta ahora ha construido cinco prototipos funcionales, cada uno más estable, autónomo y eficiente que el anterior. El proyecto no solo busca cuidar el agua, sino también proponer un modelo de tecnología sensible, nacida desde el territorio y conectada con el arte y la tradición.
Talleres comunitarios y aprendizaje con niñas y niños
La Pozük’eñä no se queda en los laboratorios ni en museos: también viaja a las comunidades. A través de talleres con niñas y niños, Daris Rubio transmite la importancia del cuidado del agua y el valor de la cosmovisión indígena. Su propuesta es clara: la ciencia no está desligada de la cultura, sino que puede fortalecer la identidad comunitaria y ofrecer soluciones sustentables desde lo local.
Inventos que unen arte, ciencia y resistencia
Este no es el único proyecto de la joven hñähñu. Años atrás, desarrolló un molino hidráulico colocado en la ribera del Amajac que, además de generar electricidad, reproducía los sonidos de anfibios extintos de la región. Con circuitos electrónicos protegidos con resina, el molino se convirtió en un puente sonoro entre pasado y presente. La pieza fue exhibida en el Museo de la Universidad de Guanajuato en 2024 bajo el título Dejedad’e Dinzuni: El canto del río.
Otro de sus inventos fue un robot con forma de armadillo capaz de recolectar residuos orgánicos para convertirlos en composta, reforzando la conexión entre innovación tecnológica y sostenibilidad ambiental.
Huipil Defense: tecnología textil contra la violencia
En 2015, Rubio sorprendió con el Huipil Defense, una prenda que integraba textiles tradicionales con sensores electrónicos para alertar sobre niveles de estrés en mujeres víctimas de violencia. El proyecto se convirtió en un símbolo de resistencia y creatividad, aunque más tarde denunció que fue plagiado y modificado por una ex compañera de escuela. Pese a ello, la idea marcó un precedente en la fusión de moda, tradición e innovación social.
Pozük’eñä: máquina narrativa de un territorio
El dron inspirado en serpientes no es solo un prototipo tecnológico, es también un dispositivo poético que narra historias del agua y la tierra. Daris Rubio lo define como una “serpiente voladora” que integra biomímesis y tradición, mostrando que desde la cosmovisión indígena es posible crear ciencia de frontera con un profundo sentido humano.
En tiempos donde la contaminación amenaza a los ríos de México, la voz de Daris Rubio y su Pozük’eñä emergen como recordatorio de que el futuro puede construirse desde el pasado, con raíces firmes y con la mirada puesta en un horizonte más justo y sostenible.
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