Descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema de vigilancia ATLAS en Chile, el cometa 3I/Atlas ha despertado gran interés entre astrónomos y entusiastas del espacio. Aunque ya se había captado en imágenes semanas antes, los investigadores notaron rápidamente anomalías que lo distinguen de cualquier otro cometa observado hasta ahora.
Entre los aspectos más enigmáticos se encuentra su cola de 6 mil kilómetros, que en lugar de apuntar en dirección contraria al Sol, se orienta hacia él, formando una llamada anticola. Este fenómeno es extremadamente raro y ha llevado a múltiples teorías sobre la composición del material que lo forma.
Además, el cometa viaja a una velocidad superior a 220 mil km/h, lo que lo convierte en el objeto interestelar más veloz jamás registrado, complicando los intentos de análisis y observación desde la Tierra.
Origen, composición y tamaño desconocidos
Los estudios preliminares indican que 3I/Atlas no pertenece a nuestro sistema solar, sino que proviene de un sistema estelar lejano. Su trayectoria hiperbólica demuestra que no orbita el Sol, sino que lo atraviesa, posiblemente tras haber sido expulsado por la gravedad de un planeta gigante o por una colisión en su sistema de origen.
También se descubrió que su composición química es distinta: contiene menos agua y un polvo rico en carbono, similar al de algunos meteoritos. Sorprendentemente, emite una aleación de níquel tetracarbonilo, una sustancia que hasta ahora solo se había producido de forma industrial en la Tierra.
Por si fuera poco, su tamaño es colosal: se estima que podría ser mil veces más grande que el cometa 2I/Borisov y un millón de veces más que ‘Oumuamua, lo que lo convierte en un objeto sin precedentes por su energía y masa.
El cometa volverá a ser visible a finales de octubre y en diciembre, ofreciendo a la NASA y a otros observatorios del mundo una nueva oportunidad para resolver los misterios que aún rodean a este visitante del cosmos.
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