Un sorprendente hallazgo científico reveló que la papa, uno de los alimentos más consumidos del mundo, tiene como “madre” al tomate. Investigadores chinos identificaron que un antiguo cruce genético entre una planta similar a la papa y el tomate, ocurrido hace unos 9 millones de años, dio origen a la papa moderna.
El estudio, liderado por el Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen y la Academia de Ciencias Agrícolas de China y publicado en la revista Cell, analizó el ADN de más de 100 genomas y 349 muestras de papas cultivadas y 56 parientes silvestres. Los resultados muestran que todos los tubérculos actuales poseen genes tanto del tomate como de la planta Etuberosum, similar a la papa pero sin tubérculos.
El “matrimonio” genético que creó la papa
“El tomate sirvió como madre y el Etuberosum como padre”, explicó Huang Sanwen, investigador principal.
La combinación de dos genes clave permitió la formación de tubérculos: SP6A, del tomate, que indica cuándo comenzar a desarrollarlos, e IT1, del Etuberosum, que regula el crecimiento de los tallos subterráneos. Sin estos genes combinados, la papa como la conocemos no existiría.
Originaria de Sudamérica, la papa se ha convertido en uno de los cultivos más importantes por su valor nutricional, adaptabilidad y capacidad de almacenamiento de almidón y agua. Su ADN mixto, resultado del cruce genético ancestral, permite que crezca en entornos diversos, desde climas templados hasta zonas montañosas.
El descubrimiento no solo despeja un misterio evolutivo, también abre nuevas oportunidades para mejorar genéticamente la papa. Investigadores señalan que este conocimiento podría ayudar a desarrollar variedades más resistentes, nutritivas y adaptadas al cambio climático, asegurando la sostenibilidad de este alimento clave a nivel mundial.


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