Desde mediados del siglo XX, los científicos han estudiado el campo magnético terrestre, responsable de proteger la Tierra de la radiación solar y de orientar a diversas especies, como aves migratorias.
Una irregularidad detectada entre África y Sudamérica, conocida como Anomalía del Atlántico Sur, muestra un debilitamiento progresivo del campo en esa zona, generando preocupación entre los especialistas.
Origen y evolución de la anomalía
El campo magnético se genera por el movimiento del hierro fundido en el núcleo terrestre, un proceso llamado “dínamo planetario”.
Este movimiento produce corrientes electromagnéticas que sostienen el magnetismo del planeta. Sin embargo, este sistema no es completamente estable y ha presentado variaciones a lo largo de millones de años, incluyendo inversiones de polos.
La anomalía en el Atlántico Sur no solo ha aumentado su tamaño en la última década, sino que su intensidad magnética ha disminuido, actualmente cubriendo un área equivalente a la mitad de Europa.
Los científicos advierten que esto podría ser un indicio de una futura inversión de polos, aunque el proceso sería gradual.
Posibles impactos
Un debilitamiento del campo magnético podría afectar satélites, sistemas de comunicación, redes eléctricas e incluso la navegación de aves migratorias.
En la anomalía, las líneas magnéticas parecen invertidas, lo que provoca que la protección natural de la Tierra sea menor en esta región.
Chris Finlay, investigador de la Universidad Técnica de Dinamarca, explica que el campo “regresa al núcleo” en lugar de salir, mostrando patrones inusuales tanto cerca de África como de Sudamérica.
Este fenómeno pone en evidencia la fragilidad del equilibrio planetario y la complejidad de los procesos internos de la Tierra. Por ahora, los científicos continúan investigando la anomalía y su evolución, buscando anticipar posibles cambios en la dinámica magnética de nuestro planeta.


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