El flujo de remesas hacia México, uno de los motores financieros más importantes para millones de familias, enfrenta su peor racha de caída en más de una década. Según el Banco de México (Banxico), los ingresos por remesas registraron en septiembre una baja de 2.7% anual, sumando seis meses consecutivos de descensos, un fenómeno que los analistas atribuyen directamente al endurecimiento de la política migratoria en Estados Unidos tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Una tendencia que preocupa a los economistas
El Banco de México informó que en septiembre ingresaron 5 mil 215 millones de dólares, cifra inferior a los 5 mil 358 millones del mismo mes del año anterior. En total, entre enero y septiembre de 2025, las remesas sumaron 45 mil 681 millones de dólares, lo que representa una caída del 5.5% anual.
Especialistas de Monex destacaron que la tendencia a la baja no se veía desde 2014, y advierten que el debilitamiento del empleo en Estados Unidos, junto con las redadas y deportaciones masivas, están afectando directamente a los trabajadores migrantes que tradicionalmente enviaban dinero a México.
“El enfriamiento del mercado laboral estadounidense y el clima político adverso están reduciendo la capacidad de los migrantes para enviar remesas”, señalaron analistas financieros.
EE.UU. endurece reglas, México resiente el impacto
El fenómeno coincide con el endurecimiento de la política fronteriza implementada por la nueva administración de Trump, que ha impulsado mayor vigilancia migratoria, deportaciones exprés y sanciones laborales a empresas que contratan indocumentados.
A pesar de que el flujo acumulado de remesas en los últimos 12 meses se mantiene alto, con 62 mil 68 millones de dólares, los expertos advierten que la tendencia descendente podría continuar en los próximos meses, afectando el consumo interno y la estabilidad cambiaria en México.
Banamex prevé que, de continuar la tendencia, las remesas podrían caer 5.3% en 2025, la primera disminución anual desde 2013.
Historias que resisten la crisis: los estados inmunes
No todo el panorama es negativo. De acuerdo con un reporte de BBVA Research, algunos estados del sur, como Chiapas, Oaxaca y Puebla, registran incrementos moderados en los flujos de remesas, pese a la presión migratoria.
En Chiapas, el crecimiento fue de 1.2%, en Oaxaca de 2%, y en Puebla de 1.9%, mientras que Guerrero y Morelos también mostraron avances. Según el análisis, esto se debe a que las nuevas generaciones de migrantes provenientes de estas regiones tienen diásporas más jóvenes y redes familiares más recientes, menos afectadas por las políticas de control.
Además, BBVA estimó que, durante 2024, las remesas contribuyeron a que más de un millón de mexicanos evitaran caer en pobreza multidimensional, lo que demuestra su papel crucial para la economía doméstica.
Un llamado a la resiliencia económica
Los expertos coinciden en que esta desaceleración exige nuevas estrategias. México podría necesitar diversificar sus fuentes de ingreso externo y fortalecer los mecanismos de inclusión financiera para los migrantes.
La historia de las remesas no solo refleja la fuerza del trabajo migrante, sino también su vulnerabilidad ante las decisiones políticas de Washington. Cada dólar enviado desde el extranjero lleva consigo una historia de esfuerzo, sacrificio y esperanza.
Pero hoy, más que nunca, esas historias enfrentan una frontera más difícil: la del desempleo, la deportación y la incertidumbre económica.
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