En un contexto de creciente presión migratoria en Estados Unidos, las remesas enviadas por los mexicanos desde el país vecino cayeron 16.2% durante junio de 2025, sumando un total de 5 mil 201 millones de dólares, frente al récord de 6 mil 213 millones alcanzado en el mismo mes de 2024.
De acuerdo con el Banco de México (Banxico), esta cifra representa la mayor baja anual para un mes de junio desde hace casi una década. A pesar del entorno adverso, junio se convirtió en el segundo mes consecutivo con remesas por encima de los 5 mil millones, lo que demuestra la persistencia del compromiso de los connacionales con sus familias en México.
¿Qué está detrás de la caída?
El descenso coincide con un aumento de redadas y operativos migratorios en ciudades con alta concentración de mexicanos, como Los Ángeles, California. Estas acciones han generado un clima de temor que ha afectado la regularidad y volumen de los envíos.
Aunque el número de operaciones bajó de 13.9 millones en mayo a 12.7 millones en junio, el monto promedio por remesa aumentó de 385 a 409 dólares. Este dato revela que, pese a las condiciones difíciles, quienes logran enviar dinero están haciendo un mayor esfuerzo económico por mantener a sus familias a flote.
Remesas en el primer semestre: ¿resiliencia o tendencia a la baja?
Entre enero y junio de 2025, las remesas acumularon 29 mil 576 millones de dólares, una disminución del 5.6% en comparación con el primer semestre de 2024, cuando el país recibió 31 mil 326 millones.
Expertos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) apuntan a que esta reducción está ligada no solo a factores coyunturales como las redadas, sino también a cambios estructurales en la migración mexicana hacia Estados Unidos.
Menos migrantes mexicanos en EE.UU.: un cambio de época
Según datos del CEMLA, el flujo migratorio de México a Estados Unidos alcanzó su pico entre 1990 y 2007, con un promedio de 437 mil migrantes mexicanos por año. Sin embargo, desde 2014, la población mexicana inmigrante ha comenzado a disminuir de forma sostenida.
Tan solo entre 2014 y 2022, esta población se redujo en 1 millón 35 mil personas, lo que equivale a una caída del 8.8%. Esta tendencia impacta directamente en la capacidad de envío de remesas, ya que muchos de los nuevos migrantes provienen ahora de Centroamérica o el Caribe.
¿Qué implican estas cifras para la economía mexicana?
Las remesas representan una de las principales fuentes de ingreso para México, superando incluso los ingresos por petróleo o turismo. Una caída sostenida puede tener efectos importantes en regiones que dependen casi exclusivamente de estos recursos.
La incertidumbre migratoria en EE.UU. y la posible continuidad de políticas antiinmigrantes podrían agudizar esta tendencia, lo que plantea desafíos para el gobierno mexicano en términos de desarrollo regional y apoyo a comunidades receptoras de remesas.
Pese al entorno adverso, los migrantes mexicanos siguen demostrando una profunda conexión con su país. No obstante, la caída de remesas en junio de 2025 es una señal de alarma económica y social que no debe pasar desapercibida. Si la tendencia continúa, será necesario replantear estrategias de apoyo a las comunidades que dependen de este flujo vital de recursos.
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