La prima de antigüedad es una de las prestaciones laborales más importantes en México, aunque muchos trabajadores no la consideran hasta el momento de dejar su empleo. Esta compensación está diseñada para reconocer la permanencia, la lealtad y el servicio prestado a una empresa, y la ley establece lineamientos claros sobre quién tiene derecho a recibirla, cómo calcularla y bajo qué circunstancias debe entregarse.
Conocerla a fondo permite tomar decisiones laborales con mayor seguridad y evitar abusos al finalizar una relación laboral.
¿Qué es la prima de antigüedad y cómo funciona?
La prima de antigüedad es un pago obligatorio que se otorga al finalizar la relación laboral, consistente en 12 días de salario por cada año de servicio.
Este cálculo siempre se realiza con base en el sueldo vigente al momento de la separación, incluso si el pago ocurre semanas o meses después. Su naturaleza es irrenunciable: ningún trabajador puede ceder este derecho ni negociarlo en contra de lo que marca la ley.
De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, existen varios escenarios en los que un empleado puede recibir la prima de antigüedad. En una renuncia voluntaria, aplica únicamente cuando la persona cuenta con una antigüedad mínima de 15 años.
En caso de despido, ya sea justificado o injustificado, el derecho se otorga sin importar el tiempo laborado. También se entrega a los beneficiarios en caso de fallecimiento del trabajador, y el empleado puede recibirla si deja su empleo debido a incapacidad o jubilación.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido criterios adicionales para garantizar el pago justo de esta prestación. Uno de los lineamientos más relevantes indica que, cuando el salario del trabajador excede el doble del salario mínimo, el cálculo debe realizarse con este tope como referencia. Con ello se busca evitar desequilibrios y asegurar que la prima de antigüedad se mantenga en un rango razonable y equitativo para ambas partes.
Prima de antigüedad y los criterios legales para su cálculo
El cálculo básico de la prima de antigüedad parte de una fórmula sencilla: 12 días de salario multiplicados por cada año de servicio. Sin embargo, la SCJN ha añadido parámetros para dotar de mayor claridad al proceso.
Además del tope salarial que aplica cuando el ingreso rebasa el doble del salario mínimo, la Corte ha determinado que el monto siempre debe ajustarse al sueldo vigente al momento de la separación. Esto significa que la empresa no puede basar el cálculo en salarios anteriores o inferiores.
Otra característica importante es que la prima de antigüedad se entrega de manera independiente a finiquitos, liquidaciones y demás prestaciones. Incluso cuando el trabajador recibe otros pagos por despido o renuncia, la prima debe calcularse y pagarse como un concepto distinto. En caso de conflictos entre trabajador y patrón, es posible acudir a los tribunales laborales para exigir el monto correspondiente, lo que da certeza jurídica a quienes buscan defender sus derechos.
Este derecho aplica para empleados de planta y también para aquellos cuya antigüedad esté reconocida formalmente. Muchas veces pasa desapercibido porque no se consulta hasta el final de la relación laboral, lo que provoca confusiones, pagos incompletos o intentos de omisión por parte de empleadores que buscan reducir costos. Por ello, conocer a detalle esta prestación es fundamental para exigirla de manera correcta.
La prima de antigüedad no solo ofrece un respaldo económico al término de la relación laboral, sino que también permite planear mejor el futuro, especialmente en casos de jubilación, incapacidad o retiros anticipados. Comprender cómo se calcula, cuándo se entrega y qué límites establece la ley es un paso esencial para tomar decisiones laborales informadas y proteger el patrimonio personal.
