La discusión sobre el futuro de Petróleos Mexicanos (Pemex) volvió a colocarse en el centro del debate industrial. Durante el 57 Foro Nacional de la Industria Química, empresarios como Álvaro Fernández, presidente del Consejo y director general de Alfa, insistieron en que la petrolera estatal debe ser el motor del desarrollo económico del país, pero advirtieron que antes es necesario resolver sus problemas estructurales: baja producción, falta de pago a proveedores y crisis en las refinerías.

Fernández fue contundente al señalar que Pemex no puede seguir operando sin un plan claro de recuperación, especialmente cuando el declive en la producción de crudo y gas natural continúa sin freno. “No estamos diciendo que cerramos Pemex, estamos diciendo que sea el motor del desarrollo industrial con el apoyo de los privados. Pero necesitamos acciones concretas. Ya tenemos un año esperando un plan”, enfatizó.

Un llamado urgente para detener el declive energético

El directivo de Alfa —conglomerado que incluye a Alpek, una de las principales petroquímicas del continente— aseguró que el país necesita una estrategia energética integral que detenga el deterioro operativo de la empresa y garantice la seguridad de suministro. “¿Cuándo va a parar la declinación? ¿Quién la va a detener?”, cuestionó ante representantes del sector.

De acuerdo con Fernández, Pemex enfrenta desafíos en todos sus frentes: declive en la extracción, baja eficiencia en la refinación y adeudos millonarios con proveedores que ponen en riesgo la cadena de valor industrial.

“Nos piden producir más e invertir, pero no nos pagan. Y si además cambian el marco regulatorio, la incertidumbre se multiplica”, señaló. Según estimaciones del sector, los adeudos a proveedores ascienden a más de 25 mil millones de dólares, un monto que genera desconfianza y limita nuevas inversiones.

Sector privado pide claridad, pagos y colaboración

Tanto Fernández como José Carlos Pons, presidente de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), coincidieron en que es urgente liquidar los adeudos para recuperar la confianza del sector privado.

Pons destacó que, aunque el diálogo con las autoridades energéticas ha mejorado, aún no hay acciones concretas que demuestren un cambio de rumbo. “Hay más apertura para escuchar, pero faltan decisiones firmes. No hemos visto acciones claras que indiquen qué sigue”, afirmó.

El presidente de la ANIQ recordó que la industria química mexicana es clave para el desarrollo del país: genera más de un millón de empleos, suministra insumos a 95% de los sectores productivos y participa en el comercio exterior con un valor total de 48 mil millones de dólares. Sin embargo, enfrenta un déficit comercial de 24 mil millones, debido principalmente a la falta de materias primas y de gas natural suficiente.

Reactivar Pemex para fortalecer la competitividad nacional

El sector químico propuso una hoja de ruta para recuperar la competitividad: garantizar el abasto de gas natural, reducir la dependencia de importaciones, promover la exploración de nuevas reservas y modernizar los complejos petroquímicos de Pemex.

Asimismo, se pidió reforzar la infraestructura logística, mejorar los procesos de refinación y fortalecer las alianzas público-privadas para aprovechar la capacidad tecnológica e industrial del país.

Fernández insistió en que el gobierno no puede hacerlo solo, y que el sector privado tampoco podrá avanzar si continúa enfrentando trabas regulatorias y falta de certidumbre. “Debemos ser realistas. Si queremos que Pemex sea el motor del desarrollo, necesitamos colaboración, transparencia y reglas claras”, señaló.

Hacia una nueva relación entre Pemex y la industria

El consenso entre los líderes empresariales fue claro: Pemex sigue siendo una pieza fundamental del crecimiento industrial de México, pero su papel debe transformarse. El modelo actual, centrado en la operación estatal, ha demostrado limitaciones que afectan no solo a la petrolera, sino también a los sectores que dependen de sus insumos.

“Necesitamos arreglar los adeudos primero para generar confianza. Solo así Pemex podrá volver a ser un verdadero motor del desarrollo”, concluyó Fernández.

La ANIQ advirtió que si no se toman medidas inmediatas, el país corre el riesgo de perder competitividad frente a mercados asiáticos, donde las importaciones a bajo costo amenazan a los productores nacionales. Reforzar la producción interna y modernizar la industria energética, señalaron, es clave para sostener el crecimiento económico y garantizar la soberanía energética.

En conclusión, el futuro de Pemex está en un punto de inflexión. Para que vuelva a ser el motor del desarrollo industrial mexicano, es indispensable detener su declive operativo, sanear sus finanzas y abrir paso a la colaboración con el sector privado. Solo con un plan sólido, basado en transparencia y eficiencia, podrá consolidarse como la empresa estratégica que impulse la competitividad y el desarrollo sustentable de México.