El presidente Donald Trump impulsa la construcción de un nuevo salón de baile en la Casa Blanca, valuado en 300 millones de dólares, financiado en gran parte por donaciones de grandes empresas del sector tecnológico y corporativo de Estados Unidos. Entre los principales contribuyentes se encuentran Google, Apple, Amazon, HP, Microsoft, así como compañías de criptomonedas como Coinbase y Ripple, y los hermanos Winklevoss.

El proyecto y sus patrocinadores

La lista completa de patrocinadores incluye además corporaciones de distintos sectores: Comcast, Lockheed Martin, Palantir Technologies, T-Mobile, Union Pacific Railroad, así como magnates y familias influyentes como Harold Hamm, la familia del secretario de Comercio Howard Lutnick y los Glazer, dueños del Manchester United y los Tampa Bay Buccaneers.

Trump ha presentado la construcción de este salón de baile de 8,300 metros cuadrados como una pieza central de su legado presidencial, considerando que la Casa Blanca, desde hace más de 150 años, carecía de un espacio de estas dimensiones.

Demolición dorada y polémica pública

La demolición del ala este de la Casa Blanca comenzó el lunes pasado, generando imágenes que rápidamente se viralizaron en redes sociales y memes que critican la opulencia del proyecto. En un evento reciente, Trump ofreció una cena de gala para algunos de sus patrocinadores en el Salón Este, en medio del cierre de gobierno que mantiene a trabajadores federales sin salario.

La periodista de CBS Weijia Jiang cuestionó a la secretaria de prensa Karoline Leavitt sobre la libertad del presidente para realizar obras sin supervisión: “¿Puede el presidente derribar lo que quiera sin supervisión?” A lo que Leavitt respondió: “Muchos presidentes en el pasado han dejado su huella en este hermoso complejo de la Casa Blanca”.

La respuesta provocó más críticas, pues los ciudadanos observaron vidrios rotos, cables y escombros acumulados en los jardines. La portavoz pidió confianza en el proceso, mientras expertos y críticos lo califican como un conflicto de interés ético. Richard Painter, ex asesor de ética de la Casa Blanca, declaró: “Se está utilizando el acceso a la Casa Blanca para recaudar dinero. No me gusta. Todas estas corporaciones quieren algo del gobierno”.

Remodelaciones y la visión de Trump

Además del salón de baile, la administración ha promovido otras remodelaciones, como la transformación del Jardín de Rosas de Jackie Kennedy, ahora un patio de baldosas que recuerda a la residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida.

Trump ya había propuesto un salón de baile similar durante el gobierno de Barack Obama, incluso ofreciendo financiarlo con su propio dinero, pero fue rechazado en ese momento. Ahora, su regreso al sector inmobiliario de lujo se presenta como una actividad que él considera “relajante”, mientras busca dejar una marca visible en la residencia presidencial.

Implicaciones y debate ético

El proyecto ha generado debate sobre la ética de la financiación privada para remodelaciones en la Casa Blanca. Analistas señalan que el acceso privilegiado a la residencia presidencial se está utilizando como mecanismo de recaudación de fondos, lo que podría generar conflictos de interés y cuestionamientos sobre la influencia corporativa en decisiones gubernamentales.

Entre los donantes destacan nombres de peso en tecnología, energía, defensa y finanzas, reflejando la interconexión entre el poder político y corporativo en Estados Unidos.

Lista completa de patrocinadores

Algunos de los contribuyentes confirmados incluyen:

• Altria Group Inc
• Amazon
• Apple
• Booz Allen Hamilton Inc
• Caterpillar Inc
• Coinbase
• Comcast Corporation
• J. Pepe y Emilia Fanjul
• Hard Rock Internacional
• HP Inc
• Lockheed Martin
• Meta Platforms
• Micron Technology
• Microsoft
• NextEra Energy Inc
• Palantir Technologies
• Ripple
• Reynolds American
• T-Mobile
• Tether America
• Union Pacific Railroad
• Adelson Family Foundation
• Stefan E. Brodie
• Betty Wold Johnson Foundation
• Charles y Marissa Cascarilla
• Edward y Shari Glazer
• Harold Hamm
• Benjamin Leon Jr.
• La familia Lutnick
• The Laura and Isaac Perlmutter Foundation
• Stephen A. Schwarzman
• Konstantin Sokolov
• Kelly Loeffler y Jeff Sprecher
• Paolo Tiramani
• Cameron y Tyler Winklevoss

El nuevo salón de baile de la Casa Blanca, impulsado por Donald Trump y financiado por gigantes tecnológicos y corporativos, refleja no solo la opulencia de los proyectos presidenciales, sino también un debate sobre ética y transparencia en la relación entre poder político y privado. Mientras algunos celebran la renovación, otros cuestionan el uso del acceso presidencial para obtener financiamiento de empresas y magnates influyentes.

La obra de 300 millones de dólares se proyecta como un símbolo de legado, lujo y polémica que seguirá generando opiniones encontradas tanto en Estados Unidos como a nivel internacional.