La herencia del Fobaproa: Una carga que trasciende generaciones
Muchos jóvenes contribuyentes desconocen que parte de sus impuestos se destina a una deuda contraída en los años 90 con la creación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa). Este programa, diseñado para proteger los ahorros bancarios, terminó convirtiéndose en un rescate financiero que trasladó la deuda privada de los bancos al erario público.
En 1998, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) sustituyó al Fobaproa, pero la deuda generada persiste y sigue representando una carga millonaria para los mexicanos.
¿Por qué se creó el Fobaproa?
El «error de diciembre» de 1994 desencadenó una severa crisis económica en México. Ante el riesgo de un colapso bancario, el gobierno implementó el Fobaproa, una medida destinada a garantizar la estabilidad del sistema financiero. Sin embargo, lo que comenzó como una estrategia para proteger a los ahorradores, terminó beneficiando principalmente a:
- Grandes banqueros.
- Inversionistas extranjeros.
- Corporativos con deudas multimillonarias.
El costo fue asumido por el pueblo mexicano, generando un compromiso financiero que hasta hoy absorbe recursos del presupuesto público.
El peso actual del IPAB
En 2025, el presupuesto federal contempla asignar 52 mil millones de pesos al IPAB, a pesar de que la institución ya cuenta con más de 100 mil millones de pesos en sus registros. Esto plantea un dilema:
- ¿Es necesario seguir destinando estos recursos cuando el país enfrenta necesidades críticas en salud, seguridad y educación?
- ¿Es momento de replantear las prioridades presupuestarias para beneficiar a sectores más vulnerables?
Alternativas al uso del presupuesto
Con los 52 mil millones destinados al IPAB, se podrían financiar iniciativas que impacten directamente en la vida de millones de mexicanos:
En Salud
- Más de 15 millones de recetas médicas.
- 66 mil tratamientos contra el cáncer, incluyendo quimioterapias.
- Construcción de 30 hospitales nuevos.
En Seguridad
- Compra de 8,300 patrullas.
- Contratación y equipamiento de 30 mil elementos de seguridad.
- Construcción de 25 centros de control C5 para combatir la violencia.
En Educación
- Infraestructura para cientos de escuelas en zonas marginadas.
- Becas para miles de estudiantes de bajos recursos.
¿Es hora de replantear las prioridades nacionales?
El debate sobre el IPAB no es solo financiero; es profundamente social. México enfrenta desafíos urgentes en:
- Salud: Las carencias en el sistema de salud afectan a millones de personas que no tienen acceso a tratamientos básicos.
- Seguridad: La violencia y el crimen organizado exigen una inversión significativa en equipamiento y personal capacitado.
- Infraestructura social: Muchas comunidades carecen de servicios básicos y oportunidades educativas.
La deuda del Fobaproa representa un capítulo oscuro en la historia económica de México, pero no debe ser una carga eterna. En un país con necesidades urgentes en salud, seguridad y educación, es imprescindible cuestionar si los recursos destinados al IPAB podrían utilizarse para generar un impacto más significativo en el presente.
Es hora de poner el bienestar colectivo en el centro de las decisiones presupuestarias. Las generaciones actuales merecen un país que priorice sus necesidades y no perpetúe errores del pasado.
¡Únete a nuestro canal en WhatsApp! Las noticias más relevantes del día directamente en tu dispositivo móvil.
TE PODRÍA INTERESAR