La crisis del agua en la Ciudad de México ha dejado de ser una preocupación exclusivamente doméstica para convertirse en una grave amenaza económica. Mientras los ciudadanos lidian con el tandeo y la falta de suministro, los motores económicos de la capital —restaurantes, hoteles, la industria manufacturera y la construcción— enfrentan una tormenta perfecta de aumento de costos, interrupciones operativas y una incertidumbre que pone en jaque su viabilidad.
El Impacto Directo: Sctores Estratégicos en Jaque
La escasez de agua ejerce una «presión significativa sobre las grandes empresas» en prácticamente todos los sectores. En una metrópoli como la CDMX, el impacto es particularmente agudo en industrias que dependen intense
ivamente del agua:
* Sector Turístico y de Servicios: Hoteles y restaurantes son considerados «altos consumidores de agua». La falta de agua no solo afecta la limpieza y preparación de alimentos, sino también la experiencia del cliente, un pilar fundamental de su negocio. La degradación ambiental asociada a la sequía puede, a largo plazo, disminuir el atractivo de la ciudad como destino turístico.
* Industria Manufacturera: Muchos procesos de fabricación requieren agua para enfriamiento, limpieza o como componente del producto. La escasez provoca «interrupciones en los cronogramas de producción, disminución de la capacidad operativa y aumento de los costos».
* Industria de la Construcción: La producción de materiales clave como el cemento y los ladrillos se ha ralentizado debido a la reducción en el suministro de agua, afectando el ritmo de uno de los sectores que más empleos genera.
Aumento de Costos y Disrupción Operativa
Para los negocios, la crisis se traduce en un golpe directo a sus finanzas. Ante la falta de suministro de la red pública, muchas empresas se ven obligadas a:
* Contratar Pipas Privadas: Pagar por camiones cisterna para llenar sus depósitos se ha vuelto una necesidad. Una vecina de Polanco, una zona con numerosos restaurantes y hoteles, relata cómo «han llegado muchas pipas para los que son hoteles». Este costo no estaba presupuestado y erosiona los márgenes de ganancia.
* Invertir en Almacenamiento: Hoteles y restaurantes han tenido que optar por instalar grandes tanques industriales para garantizar el servicio, una inversión significativa en infraestructura.
* Afrontar Gastos Dobles: Como señala un empresario de la alcaldía Miguel Hidalgo, los negocios pagan tarifas comerciales por el agua de la red (cuando llega) y, además, deben cubrir el costo de las pipas, incurriendo en un gasto doble o triple por el mismo recurso.
La Amenaza al PIB y la Inflación
El problema ha escalado a un nivel macroeconómico. El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) ha advertido que la crisis hídrica representa una amenaza directa para el 25% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional que se produce en la Zona Metropolitana del Valle de México.
«Si la tendencia continúa con la falta de lluvias, podría afectar a un nivel profundo la dinámica de crecimiento económico.» – Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Además, la escasez de agua, especialmente en el sector agrícola, provoca un aumento en el costo de productos básicos, lo que alimenta la inflación y complica el panorama para el Banco de México.
La crisis hídrica actúa como un «multiplicador de riesgos». No es un problema aislado; es un factor que agrava otras vulnerabilidades económicas preexistentes. Aumenta la presión inflacionaria, suma costos a negocios que ya sufren por la inseguridad y la extorsión, y crea una capa de incertidumbre que ahuyenta la inversión. Resolver el déficit de infraestructura hídrica requeriría una inversión masiva, estimada entre 70,000 y 90,000 millones de pesos, una deuda latente que pesa sobre el futuro económico de la ciudad. La sed de la CDMX, si no se atiende de manera estructural, podría terminar secando su economía.


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