Es oficial: el gobierno de Estados Unidos ha reactivado un arancel del 17.09% a todas las importaciones de jitomate fresco mexicano. Esta medida, calificada como «injusta» por México, amenaza con impactar directamente la economía de los productores y el precio final para los consumidores.
Una decisión comercial con profundas implicaciones culturales y económicas ha sido confirmada: el Departamento de Comercio de Estados Unidos ha impuesto una cuota compensatoria, o arancel, del 17.09% al jitomate mexicano, tras la terminación de un acuerdo comercial que suspendía esta medida. Esta «guerra del tomate» no solo representa una nueva tensión en la relación bilateral, sino que también proyecta una sombra sobre la mesa de millones de familias.
¿Por qué se impuso el arancel? La Acusación de ‘Dumping’
La principal justificación del gobierno estadounidense para esta medida es la acusación de dumping por parte de sus productores locales. Argumentan que el jitomate mexicano se vende en Estados Unidos a precios artificialmente bajos, lo que consideran una competencia desleal que perjudica a su industria.
El acuerdo, conocido como «Acuerdo de Suspensión», que evitaba estos aranceles, fue cancelado con un preaviso de 90 días, una decisión que el Departamento de Comercio de EE. UU. sostiene que es necesaria para proteger a sus agricultores.
El gobierno de México, a través de las Secretarías de Economía y Agricultura, ha rechazado enérgicamente esta medida, calificándola de «injusta» y argumentando que la sólida posición del jitomate mexicano en el mercado estadounidense se debe a su calidad y no a prácticas desleales.
«Las barreras comerciales, lejos de resolver desequilibrios, generan incertidumbre, aumentan los costos a los consumidores y dañan el bienestar de millones de familias en ambos lados de la frontera.» – Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
El impacto real: ¿Quiénes pierden?
La reactivación del arancel tiene un efecto dominó que afecta a múltiples actores, desde los campos de cultivo en México hasta los supermercados en Estados Unidos.
1. Productores Mexicanos:
Son los primeros y más directamente afectados. México exporta anualmente más de 2 mil millones de dólares en jitomate a EE. UU., abasteciendo el 90% de la demanda de importación y cubriendo el 55% del consumo total en ese país. Estados como Sinaloa, un gigante en la producción, enfrentan pérdidas millonarias, estimadas en más de 223 millones de dólares solo para ese estado. Ramiro Silvestre Moreno, representante de los jitomateros de Morelos, advirtió que la producción de Sinaloa, al no poder exportarse, «atascará» el mercado nacional, provocando una caída drástica en los precios para los productores locales.
2. Consumidores en México y EE. UU.:
El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) ha alertado que la medida repercutirá inevitablemente en un aumento de precios. En Estados Unidos, se estima que el precio del tomate podría subir hasta un 10% para el consumidor final. En México, aunque la sobreoferta podría bajar el precio pagado al productor, los costos de producción no disminuyen, lo que podría llevar a un reajuste de precios en el mercado nacional a mediano y largo plazo.
Estados productores más afectados:
- Sinaloa: Principal exportador, enfrenta el mayor impacto económico.
- San Luis Potosí
- Michoacán
- Jalisco
- Zacatecas
- Morelos: Productores locales temen la competencia desleal de la sobreoferta de otros estados.
Una medida que pone en riesgo la seguridad alimentaria
Más allá de las cifras, el CNA advierte que esta barrera comercial es un «serio retroceso en la integración agroalimentaria de América del Norte» y pone en riesgo la seguridad alimentaria regional. La interdependencia entre ambos países ha sido clave para mantener una cadena de suministro eficiente.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha afirmado que se está trabajando en el tema, pero reconoció que «es muy difícil que se deje de exportar jitomate». La medida, por tanto, no solo es una disputa económica, sino un desafío a una relación comercial y cultural construida durante décadas alrededor de uno de los frutos más emblemáticos de México.
