Un robo de película en el corazón de París
El Museo del Louvre, emblema mundial del arte y la historia de Francia, se convirtió en escenario de un atraco digno de una superproducción cinematográfica. Cuatro ladrones irrumpieron en la Galerie d’Apollon a plena luz del día y, en cuestión de minutos, se llevaron piezas invaluables de las joyas de la corona francesa.
El golpe ocurrió la semana pasada, a las 9:30 de la mañana, cuando los asaltantes usaron herramientas eléctricas para romper las vitrinas y escapar con un botín imposible de calcular. Las autoridades confirmaron que el robo duró menos de cuatro minutos y fue ejecutado sin violencia.
Arrestos claves y una fuga frustrada en el aeropuerto
De acuerdo con Le Parisien, la policía francesa arrestó a dos sospechosos originarios de Seine-Saint-Denis la noche del sábado. Uno de ellos fue capturado en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando intentaba abordar un vuelo rumbo a Argelia, mientras que el otro fue detenido en la periferia norte de París.
La fiscal de París, Laure Beccuau, evitó confirmar el número exacto de arrestos, pero señaló que la investigación sigue abierta. Fuentes cercanas al caso revelaron que los implicados podrían tener conexiones con redes internacionales dedicadas al tráfico de arte.
Joyas invaluables: el tesoro perdido del Louvre
El Ministerio de Cultura de Francia informó que entre los objetos robados se encuentran piezas pertenecientes a las reinas María Amelia y Hortensia, a la emperatriz María Luisa y a la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III.
El botín incluye una tiara, un collar y pendientes de esmeraldas, además de un broche conocido como “relicario”. Estas piezas, elaboradas entre los siglos XVIII y XIX, están adornadas con miles de diamantes, zafiros y esmeraldas.
La tiara de las reinas María Amelia y Hortensia, por ejemplo, contiene 24 zafiros y más de mil diamantes. El broche de la emperatriz Eugenia, fabricado en la década de 1850, alberga 2 mil 438 diamantes. Más allá de su valor económico, representan siglos de herencia y esplendor de la monarquía francesa.
Un golpe sin violencia, pero con precisión profesional
La ministra de Cultura, Rachida Dati, declaró que el robo fue “tan rápido como meticuloso”. Las cámaras del museo captaron cómo los ladrones ingresaron sin causar pánico, rompieron vitrinas reforzadas y salieron en apenas cuatro minutos.
“No atacan a nadie, entran con calma, destrozan las vitrinas, toman el botín y se marchan. Sin violencia, muy profesional”, señaló Dati en entrevista con TF1.
Por su parte, el ministro del Interior, Laurent Nuñez, calificó el hecho como un “gran robo patrimonial” y subrayó que las joyas sustraídas son “invaluables” por su peso histórico y simbólico.
El Louvre en alerta máxima tras el robo
El Museo del Louvre, que cada día recibe decenas de miles de visitantes, fue cerrado temporalmente el domingo posterior al atraco “por razones excepcionales”. La noticia generó indignación en Francia y preocupación internacional sobre la seguridad de los recintos culturales más importantes del mundo.
Las autoridades reforzaron las medidas de vigilancia y control en las entradas del museo, mientras expertos en arte trabajan junto a la policía para rastrear el paradero de las joyas robadas.
Una herida en el corazón cultural de Francia
Este robo no solo representa la pérdida de objetos materiales, sino también una herida profunda en la identidad y memoria colectiva de Francia. La Galerie d’Apollon, donde ocurrieron los hechos, es considerada uno de los espacios más emblemáticos del Louvre, símbolo de la grandeza del país.
Los investigadores confían en que los arrestos recientes sean el primer paso para recuperar las joyas. Pero mientras tanto, el eco de este atraco resuena en todo el mundo, recordando que ni siquiera el museo más vigilado del planeta está a salvo del ingenio del crimen.
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