El eco de las explosiones en Irán resuena ya en los mercados mexicanos y en el bolsillo de los ciudadanos. El ataque estadounidense ha provocado una sacudida económica global inmediata, disparando los precios del petróleo, generando volatilidad en el tipo de cambio y encendiendo las alarmas por un posible rebrote inflacionario.
La incertidumbre geopolítica se ha traducido en un riesgo económico tangible para México. Analistas y líderes empresariales advierten que las consecuencias de una escalada militar en Oriente Medio se sentirán directamente en los precios de los combustibles y en la estabilidad económica del país.
El shock petrolero y la paradoja mexicana
La reacción más inmediata de los mercados fue el alza en los precios del crudo. El temor a una interrupción del suministro en una de las regiones más importantes del mundo para la producción de energía ha sido el principal catalizador.
* Precios al alza: El petróleo Brent y WTI registraron subidas significativas. Analistas de Goldman Sachs advierten que el precio del Brent podría superar los 110 dólares por barril si Irán decide cerrar el estratégico Estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20% del petróleo mundial.
* Impacto en la gasolina: Para México, esto presenta una paradoja. Aunque un mayor precio del crudo beneficia los ingresos del Estado por las exportaciones de Pemex, el efecto neto es negativo. México importa más del 70% de la gasolina que consume, por lo que un encarecimiento del petróleo a nivel internacional se traduce, casi inevitablemente, en precios más altos en las gasolineras para el consumidor final.
El peso bajo presión y la fuga de capitales
En tiempos de crisis global, los inversionistas buscan refugio. Esto significa que venden activos de mercados considerados más riesgosos, como México, y compran activos más seguros, principalmente el dólar estadounidense.
«El tipo de cambio de nuevo en 19.00 pesos por la guerra entre Israel e Irán», señaló Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, resumiendo el impacto inmediato de la aversión al riesgo sobre la moneda mexicana.
Esta depreciación del peso no solo afecta a quienes viajan o compran productos en dólares, sino que también puede presionar la inflación, ya que muchos de los bienes que consumimos tienen componentes importados.
La alerta del sector empresarial
El sector privado mexicano ha encendido las alarmas. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) advirtió sobre un posible «escalamiento de precios» que afectaría no solo a los combustibles, sino a toda la cadena de suministro.
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