El panorama económico de México enfrenta constantes oscilaciones entre indicadores positivos y preocupantes señales de alerta. Esta semana, dos datos clave captaron la atención pública: el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que mostró una caída significativa en noviembre, y la inflación al consumidor, que retoma una tendencia a la baja, pero con presiones latentes.
¿Qué significan estas cifras para la economía y el bolsillo de los mexicanos? Analicemos a profundidad.
La confianza del consumidor: del optimismo al desencanto
En octubre, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) alcanzó un récord histórico de 49.5 puntos, impulsado por el ánimo que suelen generar los cambios de gobierno. Sin embargo, noviembre trajo una fuerte caída del -1.8%, situándolo en 47.7 puntos.
¿Qué factores explican esta caída?
- Efecto Trump: La llegada del republicano a la presidencia de Estados Unidos ha generado incertidumbre en México, especialmente por las tensiones comerciales y de seguridad.
- Aumento de la violencia: Los niveles de inseguridad continúan siendo el principal problema señalado por los ciudadanos en encuestas de opinión.
- Pesimismo sobre el futuro: Cuatro de los cinco componentes del ICC reflejaron caídas, especialmente en las expectativas sobre la economía nacional dentro de 12 meses, que bajaron un -3.4%.
A pesar de esta caída, es importante destacar que las expectativas futuras suelen ser más optimistas que las evaluaciones actuales. Esto refleja la resiliencia del consumidor mexicano, que mantiene la esperanza a pesar de los retos presentes.
Inflación: ¿realmente vamos por buen camino?
La inflación al consumidor en noviembre se situó en 4.55%, retomando su tendencia a la baja tras el repunte de octubre (4.76%). Aunque esta cifra es positiva, varios riesgos ensombrecen el panorama:
- Presión de costos: La inflación al productor aumentó a 6.38%, impulsada por actividades primarias (+2.45% mensual). Esto podría trasladarse al consumidor en los próximos meses.
- Tipo de cambio: Una posible depreciación del peso, influenciada por las políticas de Estados Unidos, podría encarecer las importaciones.
- Inflación generalizada: Las presiones inflacionarias afectan a sectores primarios, secundarios y terciarios, lo que complica la recuperación económica.
¿Qué esperar a fin de año?
Aunque se proyecta que la inflación cierre en 4.31%, por debajo del 4.66% de 2023, aún está lejos del objetivo del 3% establecido por el Banco de México.
El turismo: un respiro entre las cifras económicas
El sector turístico sigue mostrando señales de recuperación tras los estragos de la pandemia. Hasta octubre de 2024, los ingresos por turismo internacional alcanzaron los 26,498.9 millones de dólares, un 6.8% más que en el mismo periodo de 2023.
Sin embargo, el crecimiento en el número de turistas de internación fue apenas del 1.5%, lo que sugiere que el incremento se debe principalmente al gasto promedio por visitante (+2.8%).
¿Qué riesgos enfrenta el turismo?
- Inseguridad: La violencia en destinos turísticos como Acapulco podría afectar la percepción internacional.
- Certeza jurídica: La incertidumbre sobre la autonomía del Poder Judicial podría desalentar inversiones en el sector.
Presupuesto 2025: prioridades y omisiones
La Cámara de Diputados se prepara para aprobar el Presupuesto de Egresos para 2025, pero las prioridades están claras:
- Programas sociales: Continúan siendo el eje central del gasto público.
- Obras emblemáticas: Se mantienen recursos significativos para proyectos como el Tren Maya.
- Recortes en salud: El presupuesto para salud se reducirá en un -12.2%, una decisión que ha generado críticas por parte de expertos y organizaciones civiles.
Datos alentadores con desafíos persistentes
El panorama económico de México muestra una mezcla de optimismo cauteloso y preocupaciones latentes. La caída del Índice de Confianza del Consumidor y las presiones inflacionarias reflejan la incertidumbre que enfrentan los hogares mexicanos, mientras que el crecimiento en el turismo y ciertos sectores económicos ofrecen un respiro.
A medida que avanzamos hacia 2025, será crucial que el gobierno aborde los retos estructurales, como la inseguridad y la certeza jurídica, para garantizar un crecimiento sostenible y mejorar la percepción de confianza entre ciudadanos y empresas.
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