Apple asegura tierras raras en EE.UU. y desafía la hegemonía de China
En una jugada estratégica que marca un parteaguas en la manufactura tecnológica, Apple firmó un acuerdo de 500 millones de dólares con MP Materials, proveedor de minerales estratégicos respaldado por el Pentágono, para producir imanes de tierras raras en Estados Unidos a partir de 2027. Este movimiento busca blindar su cadena de suministro y reducir la dependencia de China, el actor dominante en este sector crítico para la tecnología global.
Una nueva cadena de valor: de California a Texas
El acuerdo establece que los imanes serán producidos en Fort Worth, Texas, a partir de materiales reciclados extraídos en la mina de Mountain Pass, California, uno de los pocos sitios en EE.UU. con capacidad de producción de tierras raras.
Apple pagará 200 millones de dólares por adelantado, una apuesta que refleja su compromiso con una relocalización industrial estratégica en un momento de alta tensión geopolítica.
“Los materiales críticos son esenciales para las tecnologías avanzadas”, declaró Tim Cook, CEO de Apple, quien enfatizó que este acuerdo fortalece la cadena de suministro nacional en una era de crecientes desafíos globales.
¿Qué son las tierras raras y por qué importan tanto?
Las tierras raras son un grupo de 17 elementos metálicos que resultan vitales para múltiples industrias:
- Motores de vehículos eléctricos
- Baterías recargables
- Equipos de defensa
- Dispositivos móviles
- Aplicaciones en inteligencia artificial
En el caso específico de Apple, estos metales son fundamentales para los imanes que permiten la vibración de un iPhone, el funcionamiento de altavoces y sensores, así como el desarrollo de tecnologías hápticas más avanzadas.
China: el monopolio global en riesgo
Actualmente, China controla entre el 60% y 80% del mercado global de tierras raras, incluyendo la refinación, una etapa clave del proceso. Sin embargo, la reciente decisión del gobierno chino de suspender exportaciones hacia EE.UU., en respuesta a una disputa comercial impulsada por el expresidente Donald Trump, ha puesto en alerta a empresas como Apple.
Este contexto ha impulsado una carrera por diversificar el origen de los insumos estratégicos, estimular la producción local y disminuir vulnerabilidades en una economía global cada vez más fragmentada.
El Pentágono entra al juego: soberanía mineral
No se trata solo de negocios. El Departamento de Defensa de EE.UU. se convirtió recientemente en el mayor accionista de MP Materials, en una maniobra que refleja la importancia estratégica y militar de las tierras raras.
Además, el gobierno federal estableció precios mínimos garantizados para estos minerales, con el fin de fomentar inversiones en exploración, extracción y refinación dentro del país.
Apple y la reindustrialización de EE.UU.
Este movimiento también se alinea con un nuevo modelo de reindustrialización. Apple, que durante años externalizó su manufactura a Asia, comienza a reconstruir parte de su cadena de valor en suelo estadounidense, una señal de cómo las empresas tecnológicas más influyentes están adaptándose a la nueva geopolítica de la producción.
No es solo una inversión en hardware, sino en resiliencia, soberanía y sostenibilidad industrial.
El inicio de una guerra silenciosa por los minerales
Mientras el mundo avanza hacia una economía digital, electrificada y basada en la inteligencia artificial, la batalla por el control de minerales estratégicos como el neodimio, praseodimio y disprosio está apenas comenzando. Estos materiales, que parecen invisibles para el usuario común, son tan valiosos como el petróleo en el siglo XXI.
Este acuerdo marca el inicio de una nueva etapa para Apple, que deja de ser solo un gigante del consumo, para convertirse en actor clave de la seguridad tecnológica y estratégica de Estados Unidos.


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