En Ciudad de México, frente al Palacio de Bellas Artes, un grupo de activistas desplegó una lona con un mensaje claro:
“Claudia, no queremos milagros. Queremos impuestos a los multimillonarios”.
La protesta, organizada por la Alianza contra la Desigualdad, que incluye a colectivos como Accionar y Por las 40 horas, busca llamar la atención del gobierno federal sobre la necesidad de una reforma fiscal progresiva que grave las grandes fortunas del país.
El potencial de un impuesto a multimillonarios
Aline Zunzunegui, coordinadora de la Alianza, explicó que con un gravamen del 8% sobre las fortunas más altas se podrían recaudar alrededor de 247 mil millones de pesos al año. Incluso un impuesto menor, del 2%, podría generar más de 71.6 mil millones de pesos únicamente considerando acciones y empresas de los individuos más ricos.
La propuesta no busca castigar la riqueza, sino equilibrar la distribución de ingresos y generar recursos suficientes para fortalecer programas sociales, educación y salud, áreas que actualmente enfrentan limitaciones presupuestales.
Desigualdad fiscal y brecha económica
México es uno de los países de OCDE con mayor concentración de riqueza: unos pocos individuos poseen gran parte de los recursos financieros y patrimoniales. Los activistas argumentan que esta desigualdad se ve reflejada en la limitada capacidad del Estado para ofrecer servicios públicos de calidad.
“Estamos en un momento crucial. Las grandes fortunas crecen mientras muchos mexicanos enfrentan dificultades económicas. Un impuesto justo puede cambiar esta dinámica”, señaló Zunzunegui.
La medida permitiría también financiar proyectos de infraestructura social y programas de apoyo a comunidades marginadas.
Apoyo social y precedentes internacionales
Gravar a los más ricos no es una idea inédita. Países como Francia, España y Noruega han implementado impuestos a grandes fortunas para financiar políticas públicas, reducir desigualdad y mejorar la recaudación fiscal. Activistas mexicanos apuntan que un esquema similar podría aplicarse en México de forma equitativa y transparente, garantizando que los recursos se destinen a proyectos con impacto social real.
Además, la propuesta incluye un enfoque progresivo: los gravámenes afectarían solo a quienes superan ciertos umbrales de riqueza, protegiendo a la clase media y pequeñas empresas.
“No se trata de penalizar el éxito, sino de exigir responsabilidad fiscal a quienes más pueden aportar al país”, enfatizó Zunzunegui.
Impacto esperado y narrativa social
El movimiento busca que la ciudadanía comprenda la importancia de una política fiscal progresiva y apoye iniciativas que reduzcan la desigualdad. Las proyecciones indican que, con una correcta implementación, los recursos recaudados podrían financiar educación, salud, vivienda y programas de empleo, beneficiando a millones de mexicanos y contribuyendo a un desarrollo más equilibrado.
El llamado es claro: no se trata solo de recaudar más, sino de generar justicia fiscal y oportunidades para quienes históricamente han quedado al margen del crecimiento económico. La propuesta de impuesto a multimillonarios refleja una demanda social creciente que busca transformar la manera en que se distribuyen los recursos en México.
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