La ida de la Gran Final del Clausura 2025 de la Liga MX entre América y Toluca quedó marcada por un arbitraje deficiente de Daniel Quintero, quien omitió al menos dos penales claros a favor del América, con la inexplicable pasividad del VAR, según expertos.
El fút ol, en su máxima expresión, exige no solo talento y esfuerzo de los jugadores, sino también un arbitraje a la altura, capaz de impartir justicia con criterio y precisión. Lamentablemente, el partido de ida de la Gran Final del Clausura 2025 de la Liga MX entre el Club América y el Deportivo Toluca, disputado en el Estadio Ciudad de los Deportes, se vio empañado por una actuación arbitral que ha generado una oleada de indignación y acusaciones de perjuicio directo contra el conjunto americanista. El silbante Daniel Quintero y la herramienta del VAR quedaron en el centro de la polémica.
Jugada clave 1: El penal no sancionado a Henry Martín y la posible expulsión perdonada
La primera acción que encendió las alarmas ocurrió apenas a los 12 minutos del encuentro. Henry Martín, delantero del América, fue sujetado dentro del área por Luan García, defensor del Toluca. A pesar de la claridad de la infracción, el árbitro Daniel Quintero dejó seguir la jugada. El exárbitro profesional Francisco Chacón, entre otros especialistas, no dudó en calificar la acción como un penal evidente que, además, debió acarrear la segunda tarjeta amarilla para el jugador escarlata, lo que habría dejado a Toluca con un hombre menos desde el inicio del partido.
Esta omisión no solo privó al América de una oportunidad manifiesta de gol, sino que también condicionó el desarrollo posterior del encuentro al permitir que Toluca continuara con sus once jugadores.
Jugada clave 2: Otro penal ignorado que pudo cambiar el rumbo
La controversia no terminó ahí. Cerca del final del primer tiempo, en el minuto 42, se produjo otra jugada que ha sido objeto de intenso análisis. En una secuencia donde inicialmente se marcó un fuera de juego contra Cristian Borja, Henry Martín fue derribado dentro del área antes de que la posición adelantada se concretara o tuviera influencia directa en la posibilidad del delantero americanista. Según el análisis de Chacón, el penal debió ser sancionado, ya que la falta sobre Martín ocurrió previo a que el fuera de juego se hiciera efectivo como para anular la acción punible.
Nuevamente, el criterio del árbitro Quintero fue no señalar la pena máxima, acumulando así lo que muchos consideran decisiones arbitrales erróneas y perjudiciales para el Club América.
El VAR ausente: ¿Para qué está la tecnología si no corrige errores evidentes?
Quizás el aspecto más desconcertante y criticado de la noche fue la pasividad del sistema de Videoarbitraje (VAR). En ambas jugadas mencionadas, y a pesar de la aparente claridad de las infracciones según múltiples analistas y exárbitros, el VAR no llamó al árbitro central para una revisión en el monitor. Esta «nula intervención» ha levantado serias dudas sobre la efectividad y la aplicación de la tecnología en momentos cruciales.
Se supone que el VAR está implementado precisamente para corregir «errores claros y manifiestos» del árbitro de campo, especialmente en situaciones que pueden definir un partido, y más aún, una final. Su silencio en estas instancias ha sido calificado como «extraordinario» y ha contribuido a la sensación de injusticia.
Las voces expertas coinciden: «falta de criterio» y «errores determinantes»
Las críticas hacia Daniel Quintero no se limitaron a un solo analista. Exárbitros de la talla de Felipe Ramos Rizo y Fernando «Cantante» Guerrero se sumaron a las voces que señalaron las deficiencias en la labor del silbante. Aunque con matices diferentes en sus apreciaciones, el consenso general fue que Quintero demostró una falta de criterio para interpretar correctamente las reglas, particularmente en acciones dentro del área penal.
Estas opiniones, provenientes de individuos con una vasta experiencia en el arbitraje profesional, otorgan un peso considerable a las quejas y a la percepción de que el América fue claramente desfavorecido.
Consecuencias directas: Un marcador contaminado y una final caldeada
El resultado del partido de ida, un empate sin goles , queda inevitablemente «contaminado» por estas decisiones arbitrales. El Club América siente que se le escaparon dos oportunidades claras de tomar ventaja en la eliminatoria, mientras que Toluca, aunque no responsable de las decisiones del árbitro, afronta el partido de vuelta con el ruido mediático que envuelve la actuación de Quintero.
La polémica ha encendido los ánimos de cara al segundo y definitivo encuentro, y ha puesto una enorme presión sobre el cuerpo arbitral que sea designado para dirigirlo.
El veredicto de «El ojo del juez»:
Desde la perspectiva de un análisis objetivo y basado en los hechos y opiniones expertas presentadas, el arbitraje de Daniel Quintero en la ida de la final América vs. Toluca no estuvo a la altura de la trascendencia del partido. Las omisiones de al menos dos penales claros a favor del Club América, sumadas a la inexplicable inacción del VAR, representan fallos graves que influyeron directamente en el desarrollo y potencialmente en el resultado del encuentro. Este tipo de actuaciones no solo perjudican a un equipo, sino que también erosionan la credibilidad del arbitraje mexicano y de la propia Liga MX. La justicia deportiva exige un estándar mucho más alto, especialmente cuando un título está en juego.
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