Saúl “Canelo” Álvarez, uno de los boxeadores más exitosos y reconocidos de México, volvió a acaparar las miradas, pero está vez no por sus hazañas en el ring, sino por la polémica gira en torno a Eric Daniel Zamora Delgadillo, su socio en el negocio de gasolineras, quien está bajo investigación por presunto huachicol y vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El socio de Canelo y su red empresarial
Según el diario Reforma, Zamora Delgadillo aparece como socio de Álvarez en la cadena Upper, by Canelo Energy, dedicada a la venta de combustibles y tiendas de conveniencia. Esta franquicia forma parte de la estrategia empresarial con la que el pugilista ha diversificado su fortuna.
Pero más allá de ese vínculo formal con el Canelo, Zamora Delgadillo está relacionado con al menos cuatro empresas investigadas por las autoridades mexicanas y estadounidenses por su presunta participación en el robo y tráfico de combustibles (huachicol) y el lavado de dinero vinculado al CJNG.
Empresas bajo la lupa: huachicol y lavado
Entre estas compañías destaca Ecocarburante, señalada por la Fiscalía General de la República (FGR) por presunto tráfico ilegal de hidrocarburos. Otra firma clave es Agrícola Boreal, en cuyo historial pesa una acusación aún más grave: fue incluida en la lista negra de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. por supuestos nexos financieros con el CJNG.
Adicionalmente, Impulsora de Productos Sustentables ha sido vinculada con José Isabel «El Choko» Murguía, hermano de un exalcalde jalisciense investigado por huachicol. Según Reforma, «El Choko» incluso ha sido visto en eventos de box acompañando al equipo de Eddy Reynoso, entrenador del Canelo, lo que ha avivado las sospechas sobre los vínculos de este círculo.
¿Qué ha dicho Canelo?
Pese a la magnitud del escándalo, Saúl Álvarez no ha emitido comentarios públicos ni ha anunciado la ruptura de su sociedad con Zamora Delgadillo. Canelo Energy sigue operando en Jalisco y otras regiones del país, mientras la polémica genera cuestionamientos sobre la falta de controles y due diligence en sus asociaciones comerciales.
Mientras tanto, las autoridades mexicanas mantienen abiertas las investigaciones por huachicol y las estructuras de empresas fachada para lavado de dinero. Del lado estadounidense, la OFAC ha establecido sanciones y sigue monitoreando las conexiones financieras del CJNG, considerado uno de los cárteles más poderosos y violentos del continente.
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