El Atlético de Madrid, eliminado. Diego Simeone no se calla y señala al árbitro César Ramos. Analizamos las jugadas polémicas y el veredicto de un fracaso histórico.
Ganaron, pero perdieron. El Atlético de Madrid venció 1-0 al Botafogo, pero se despide del Mundial de Clubes por diferencia de goles. El vestuario es un polvorín, y Diego Simeone ha encendido la mecha: «Cada decisión arbitral en este torneo fue en nuestra contra».
La Crónica de una Muerte Anunciada: La Losa del 4-0
La eliminación del Atlético de Madrid del Mundial de Clubes 2025 no se gestó en su victoria pírrica contra Botafogo, sino ocho días antes, en una noche de pesadilla en el Rose Bowl. La humillante derrota por 4-0 ante el Paris Saint-Germain fue una losa demasiado pesada, una herida mortal que condicionó todo el torneo. Esa goleada significó que, para el último partido, los colchoneros necesitaran una gesta: ganar por tres goles de diferencia para avanzar.
En el campo, el Atleti lo intentó. Dominó la posesión, asedió la portería rival con 23 remates frente a los 7 de Botafogo, pero la pólvora estaba mojada. El gol no llegó hasta el minuto 87, obra de un Antoine Griezmann que rompía una larga sequía personal, pero que era insuficiente para el milagro. Al final, un triple empate a 6 puntos entre Atlético, PSG y Botafogo, donde la diferencia de goles dictó una sentencia cruel pero previsible. El fracaso estaba consumado, y en el vestuario rojiblanco, la frustración buscaba un culpable. Lo encontraron en el árbitro.
El Expediente Ramos: Las Jugadas que Desataron la Furia
El colegiado mexicano César Ramos se convirtió en el epicentro de la ira colchonera. La sensación de agravio se concentró en dos jugadas clave durante la primera mitad, ambas con Julián Álvarez como protagonista. El delantero argentino fue derribado en el área en dos ocasiones que el Atlético reclamó como penaltis claros.
La jugada más flagrante, la que desató la incredulidad, fue un penalti que Ramos señaló inicialmente, pero que el VAR le instó a anular por una supuesta y muy discutible falta previa de Alexander Sorloth en la construcción de la jugada. La decisión fue la gota que colmó el vaso.
«Nunca he visto nada igual, para ser honesto. Creo que nos deberían haber pitado dos penaltis… Las decisiones no nos están favoreciendo en absoluto. En todas las divididas, tenemos que jugar contra eso», estalló Giuliano Simeone, hijo del entrenador, en una entrevista al descanso.
La queja no fue aislada. Fue un clamor uniforme desde el banquillo y el césped, la construcción de una narrativa de persecución que serviría para explicar lo inexplicable.
El Veredicto del Juez: ¿Excusa o Realidad? El Fracaso Tiene Múltiples Padres
Tras el partido, Diego Simeone no se anduvo con rodeos y verbalizó la acusación que flotaba en el ambiente. «Nos quedamos fuera por el partido del PSG en el que nos perjudicaron todas las decisiones… En el partido de hoy, hubo situaciones para ponernos por delante. Luego el penalti en el que revisa una falta anterior… fue más de lo mismo», sentenció el ‘Cholo’, apuntando directamente al arbitraje como la causa principal de la eliminación.
Sin embargo, dentro del mismo vestuario, una voz discordante y autorizada ofrecía una visión más autocrítica. Antoine Griezmann, el autor del gol, se desmarcó de la narrativa del victimismo. «No podemos centrarnos en el árbitro. A veces no estamos a nuestro mejor nivel, y debemos solucionarlo… Es un problema más profundo y dentro del equipo que de los árbitros», admitió el francés.
El veredicto es complejo y doloroso para el Atlético. Si bien las decisiones de César Ramos fueron, como mínimo, polémicas y alimentaron la sensación de injusticia, la eliminación tiene raíces más profundas. La debacle contra el PSG y la ineficacia ofensiva durante todo el torneo son responsabilidades que el equipo no puede eludir. La furia contra el árbitro, aunque comprensible en el calor del momento, corre el riesgo de convertirse en una cortina de humo que oculte las verdaderas grietas de un proyecto que ha sufrido un duro golpe a nivel mundial. El fracaso, como suele ocurrir, tiene múltiples padres, y señalarlos a todos es el primer paso para evitar que se repita.
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