Muere Nick Mangold, leyenda de los Jets, a los 41 años por enfermedad renal
El largo cabello rubio y la barba espesa de Nick Mangold lo hacían inconfundible. Su presencia imponía respeto, pero era su temple en el campo lo que realmente lo distinguía. Durante más de una década, fue el corazón de la línea ofensiva de los Jets de Nueva York, un símbolo de fuerza, liderazgo y compromiso.
Hoy, la NFL y los fanáticos del fútbol americano están de luto. Nick Mangold falleció a los 41 años debido a complicaciones derivadas de una enfermedad renal, según informó el equipo este domingo. La noticia sacudió a toda la comunidad deportiva, especialmente por la valentía con la que el exjugador había enfrentado su enfermedad.
Un guerrero dentro y fuera del campo
Hace menos de dos semanas, Mangold había compartido en redes sociales que padecía una enfermedad renal y necesitaba un trasplante. Explicó que no tenía familiares compatibles con tipo de sangre O, por lo que decidió pedir ayuda públicamente. Su mensaje fue un acto de esperanza y vulnerabilidad que conmovió a miles de personas.
“Siempre supe que este día llegaría, pero pensé que tendría más tiempo”, escribió el pasado 14 de octubre en una carta dirigida a los fanáticos de los Jets y de Ohio State. “Aunque ha sido un período difícil, me mantengo positivo y enfocado en el camino por delante. Espero con ansias volver a estar en plena forma pronto.”
Pero el tiempo no le alcanzó. Mangold fue diagnosticado en 2006 con un defecto genético que derivó en una enfermedad renal crónica. En los últimos meses, estaba en tratamiento de diálisis mientras esperaba un donante.
Un legado forjado en la entrega y el liderazgo
Seleccionado por los Jets en la primera ronda del Draft de 2006 procedente de Ohio State, Mangold se consolidó rápidamente como uno de los mejores centros de la NFL. Fue elegido dos veces All-Pro y siete veces al Pro Bowl, logros que reflejan la consistencia y excelencia de su desempeño.
Durante sus once temporadas con los Jets, se convirtió en una figura emblemática, ayudando al equipo a alcanzar dos juegos de campeonato de la AFC y dejando una huella imborrable en la historia de la franquicia.
En 2022, su nombre quedó inmortalizado en el anillo de honor de los Jets, un reconocimiento reservado para los jugadores más influyentes en la historia del equipo. Además, este año fue uno de los 52 candidatos de la era moderna en la votación para ingresar al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional.
Despedida en medio del dolor y la admiración
“Nick era más que un centro legendario. Era el corazón de nuestra línea ofensiva durante una década”, expresó Woody Johnson, dueño de los Jets, en un comunicado. “Su liderazgo y dureza definieron una era del fútbol de los Jets. Fuera del campo, su calidez y lealtad lo hicieron parte fundamental de nuestra familia.”
El anuncio de su muerte se realizó poco antes del partido de los Jets contra los Cincinnati Bengals. En honor a Mangold, se guardó un minuto de silencio en la sala de prensa del estadio. Para muchos, la coincidencia tuvo un fuerte valor simbólico: Mangold creció en Centerville, Ohio, a solo unos kilómetros de Cincinnati.
Reacciones de excompañeros y entrenadores
Darrelle Revis, compañero suyo durante ocho temporadas y miembro del Salón de la Fama, escribió un mensaje conmovedor en X: “Tuve la fortuna de jugar contigo cada domingo. Te extrañaré y siempre atesoraré nuestros momentos en el vestuario. Te quiero, amigo.”
Rex Ryan, su exentrenador en los Jets, no pudo contener las lágrimas durante una transmisión de ESPN. “Es brutal. Era un joven increíble. Tuve el privilegio de entrenarlo durante seis años y verlo convertirse en el alma del equipo.”
Más allá del fútbol: el hombre detrás del número 74
Aunque su carrera deportiva terminó en 2016, la figura de Nick Mangold siguió muy presente en la comunidad de los Jets. En 2017 firmó un contrato simbólico de un día para retirarse oficialmente con el equipo. Su camiseta número 74 continuó siendo una de las más usadas por los fanáticos en los estadios.
Lejos de las canchas, Mangold dedicó su tiempo a causas benéficas y actividades comunitarias. Durante las fiestas decembrinas, era habitual verlo disfrazado de Santa Claus para alegrar a los niños en eventos organizados por el club.
Detrás del jugador imponente había un hombre de familia dedicado. Le sobreviven su esposa, Jennifer, y sus cuatro hijos: Matthew, Eloise, Thomas y Charlotte.
Un adiós que trasciende el deporte
Nick Mangold no solo será recordado como un jugador excepcional, sino como un ser humano íntegro que enfrentó la adversidad con valor y dignidad. Su historia no termina con su partida: su legado inspira a generaciones de atletas y fanáticos que ven en él el ejemplo de la fortaleza, la humildad y el amor por el juego.
Su muerte deja un vacío profundo, pero también una enseñanza: la de luchar con el mismo coraje dentro y fuera del campo.


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