Martín Anselmi, estratega argentino que recientemente dejó su cargo en el Porto de Portugal, volvió a hablar sobre uno de los capítulos más significativos de su carrera: su paso por Cruz Azul. Pese a que su salida del club cementero se dio en circunstancias poco agradables, el entrenador lo recordó con una mezcla de cariño y melancolía, describiéndolo como “esa primera novia de la que te enamoras perdidamente”.
El exentrenador celeste, en entrevista con el periodista Pablo Varsky, confesó que su etapa en la institución mexicana fue mucho más que un trabajo; fue una experiencia personal y profesional que lo marcó profundamente. Sin embargo, también dejó heridas emocionales que, según él, todavía le cuesta sanar.
Un amor que dejó cicatrices
Anselmi no dudó en calificar su vínculo con Cruz Azul como su primer gran amor en el fútbol profesional. “Como todo primer gran amor, siempre te causa heridas que te van a acompañar el resto de tu vida y te van a marcar; hasta el día de hoy sigo con esas heridas y me ha costado trabajo, me llevó a terapia”, confesó.
Uno de los momentos más dolorosos para el técnico fue no poder despedirse personalmente de la afición cementera, una espina que todavía lleva clavada. Su salida de La Noria, explica, no fue motivada inicialmente por una ambición externa, sino por situaciones internas que hicieron difícil su permanencia.
La oferta que cambió el rumbo
Previo a su partida, el estratega sabía que existían ofertas de Europa, Brasil y Arabia, pero ninguna lo convencía para dejar el proyecto que estaba construyendo con Cruz Azul. Sin embargo, en medio de problemas internos, llegó la propuesta del FC Porto.
Anselmi admitió que la decisión fue compleja y que incluso la sintió como un acto de “infidelidad” hacia el club mexicano. “Estaban pasando cosas en Cruz Azul que no estábamos contentos y en eso llegó una oferta de Europa. A partir de ahí arranca la infidelidad y la pregunta que me hice es que con Porto me van a perdonar los aficionados, era un desafío que teníamos que decir que sí”, relató.
El reto de dirigir en el Viejo Continente, sumado al prestigio de entrenar a un club histórico como el Porto, terminó inclinando la balanza. No obstante, Anselmi subraya que su corazón todavía guarda un lugar especial para Cruz Azul.
Un cierre amargo en Portugal
El romance con el Porto, sin embargo, tuvo un desenlace abrupto. El martes 12 de agosto, el club portugués anunció oficialmente la salida de Martín Anselmi y su cuerpo técnico. Los motivos fueron claros: el equipo no logró clasificarse a la Champions League 2025-2026 y tampoco superó la fase de grupos del Mundial de Clubes, lo que agotó la paciencia de la directiva.
El fracaso deportivo, sumado a la presión constante, dejó al entrenador sin margen de maniobra. Con esto, Anselmi cierra un ciclo que inició con ilusión, pero que terminó con un sabor amargo.
El legado en Cruz Azul y lo que viene
Pese a los altibajos, el paso de Anselmi por Cruz Azul dejó huella entre los aficionados y en el propio técnico. Su estilo, basado en un fútbol dinámico y propositivo, le permitió conectar con la afición en poco tiempo. Sin embargo, la falta de títulos y las tensiones internas fueron factores determinantes en su salida.
En cuanto a su futuro, el técnico argentino no ha revelado sus próximos pasos, aunque su experiencia internacional lo coloca en el radar de varios clubes. Para él, Cruz Azul sigue siendo un punto de referencia emocional y profesional, un lugar al que siempre volverá con afecto.
Anselmi sabe que las heridas del “primer amor” sanan lentamente. Y aunque Porto le brindó un escaparate en Europa, la nostalgia por lo vivido en México y el cariño por la afición cementera siguen presentes.
Un capítulo que no se olvida
La historia de Martín Anselmi con Cruz Azul es la de un romance futbolístico intenso, lleno de pasión, complicaciones y decisiones difíciles. Un vínculo que, como él mismo dice, le dejó cicatrices y recuerdos imborrables.
Más allá de los resultados, el técnico argentino demostró que el fútbol es también un terreno de emociones profundas, donde las despedidas pueden doler tanto como en cualquier relación personal. Su confesión de que aún lleva esas heridas consigo es prueba de que, en el deporte, las conexiones humanas pesan tanto como los logros en la cancha.
Cruz Azul fue, para Anselmi, esa primera gran historia de amor que se queda en la memoria y que, incluso años después, sigue marcando el rumbo de su carrera.


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