Marco Verde, medallista olímpico en París 2024, volvió a demostrar su poder en el cuadrilátero con una contundente victoria por nocaut técnico frente al estadounidense Sona Akale. La pelea preliminar de la esperada función Canelo-Crawford, en el imponente Allegiant Stadium de Las Vegas, se convirtió en un escaparate perfecto para que el joven de Mazatlán confirmara por qué es una de las grandes promesas del boxeo mexicano.
Un triunfo con inteligencia y experiencia
Aunque tenía el poder para finalizar antes, Marco Verde optó por un camino distinto: el de mostrar recursos técnicos, caminar el ring y fortalecer su defensa. Sus combinaciones entraban limpias y su guardia, firme y precisa, anulaba cualquier intento de Akale por sorprenderlo. El sinaloense prefirió sumar experiencia antes que buscar un nocaut apresurado, decisión que habla de madurez y estrategia en apenas su tercera pelea profesional.
El cuarto asalto que cambió todo
La superioridad era clara desde el inicio, pero en el cuarto episodio llegó el desenlace. Verde esperó con paciencia, cerró espacios y castigó con una combinación fulminante: un cruzado de izquierda, un gancho preciso y otro zurdazo demoledor. El réferi, al ver la impotencia del estadounidense, decidió detener la contienda. Akale, enojado y frustrado, protestó a gritos, pero la superioridad del mexicano había quedado más que confirmada.
El camino profesional de Marco Verde
Desde su debut en marzo de 2025 contra Michel Polina en Arabia Saudita, Marco Verde ha mostrado un crecimiento notable. Cada combate se convierte en un capítulo más de su formación profesional, donde la disciplina y el hambre de triunfo lo colocan como uno de los peleadores a seguir en este nuevo ciclo del boxeo mexicano. Su victoria en Las Vegas no solo lo impulsa en lo deportivo, sino que también lo posiciona como una figura con proyección internacional.
De París 2024 al sueño mundialista
El recuerdo de su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024 sigue vivo en la memoria de los aficionados mexicanos. Ese logro no solo consolidó su nombre en la escena internacional, sino que también lo convirtió en una esperanza para el relevo generacional en el boxeo nacional. Ahora, con apenas 21 años, Marco Verde busca construir una carrera que lo lleve a conquistar títulos mundiales y a emular a las grandes leyendas mexicanas del deporte de los puños.
Una esperanza para el boxeo mexicano
El triunfo en Las Vegas confirma que Marco Verde no es una promesa pasajera, sino una realidad en construcción. Su estilo combina fuerza, técnica y temple, características que lo convierten en un peleador completo y con proyección a largo plazo. La afición mexicana, siempre apasionada y exigente, encuentra en él a un digno representante que puede seguir escribiendo páginas de gloria para el boxeo tricolor.


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