El futbol mexicano ha estado estancado durante años, con una Liga MX que limita la exportación de jugadores a Europa y una Selección Mexicana que no ha logrado trascender en los torneos internacionales. Sin embargo, este 2024 parece marcar un punto de inflexión: varios jóvenes talentos han dado el salto al fútbol europeo, en busca de fogueo y experiencia en las ligas más competitivas del mundo.
Santiago Giménez y su gran salto al AC Milan
Si hay un futbolista mexicano que ha captado la atención internacional, es Santiago Giménez. Luego de dos temporadas espectaculares en el Feyenoord, el delantero se convirtió en el goleador estrella de los Países Bajos. Su rendimiento en la Eredivisie fue impresionante: 16 goles y 3 asistencias en 19 partidos esta temporada.
El AC Milan, uno de los clubes más históricos de Europa, decidió apostar por el delantero mexicano. Aunque hubo interés de la Premier League, particularmente del Nottingham Forest, Giménez eligió dar un paso más estratégico en su carrera, priorizando un equipo que jugará Champions League.
Para la Selección Mexicana, este movimiento es crucial. En la historia reciente, México ha carecido de delanteros con la jerarquía suficiente para competir a nivel mundial. Si Santiago se consolida en Italia, podría convertirse en el goleador que tanto necesita el Tri para el Mundial de 2026.
Stephano Carrillo: la nueva apuesta del Feyenoord
Mientras Giménez deja el Feyenoord, otro mexicano toma su lugar. Stephano Carrillo, delantero de Santos Laguna, ha sido fichado por el club neerlandés. Con solo 18 años, este joven atacante ha demostrado talento en la Liga MX, destacando por su habilidad en los tiros de media distancia y su versatilidad ofensiva.
Aunque su proceso en el Feyenoord iniciará en categorías inferiores, hay altas expectativas sobre su desarrollo. Si sigue el mismo camino que Giménez, México podría tener otro delantero en Europa en un par de años.
“Chino” Huerta y Heriberto Jurado: México llega a Bélgica
Otro futbolista que ha decidido desafiar su zona de confort es César «Chino» Huerta. Luego de brillar con los Pumas de la UNAM, el extremo firmó con el Anderlecht de Bélgica, un equipo histórico con una gran tradición en el desarrollo de jóvenes talentos.
Huerta, con 21 años, es una de las mayores promesas del fútbol mexicano. Su velocidad, regate y capacidad para anotar goles espectaculares lo convierten en un jugador atractivo para el fútbol europeo. Si logra adaptarse a la liga belga, podría convertirse en un referente para el ataque del Tri en los próximos años.
A la par de Huerta, otro joven mexicano ha emprendido su viaje a Bélgica. Heriberto Jurado, exjugador del Necaxa, ha sido fichado por el Cercle Brugge. Su contrato es por cuatro años, con la compra del 50% de su pase. Este movimiento indica que los clubes mexicanos comienzan a adoptar un modelo de negocio más inteligente, facilitando la exportación de jugadores para desarrollar talento y obtener ganancias a futuro.
¿Puede este grupo cambiar el destino de la Selección Mexicana?
A pesar de estos fichajes, la Selección Mexicana sigue enfrentando incertidumbre rumbo al Mundial 2026, donde será anfitriona junto a Estados Unidos y Canadá. La falta de un proyecto sólido y la carencia de líderes dentro del equipo han sido constantes preocupaciones.
Sin embargo, la migración de estos jóvenes futbolistas a Europa podría ser el inicio de un cambio generacional. Con más experiencia en ligas competitivas, podrían aportar una mentalidad diferente y elevar el nivel del equipo nacional.
Además, la Federación Mexicana de Fútbol ha trazado un plan con miras al Mundial 2030, encabezado por Rafa Márquez, un referente en la historia del fútbol mexicano. Si los jugadores que hoy están emigrando logran consolidarse en sus equipos europeos, podrían ser la base del Tri en el futuro.
Un camino que debe seguir creciendo
El fútbol mexicano necesita más jugadores en Europa para ser competitivo a nivel internacional. Clubes como Pachuca han entendido la importancia de facilitar la salida de sus futbolistas al extranjero, mientras que otros equipos aún se resisten a vender a sus estrellas por miedo a perder competitividad en la Liga MX.
Si se mantiene esta tendencia, México podría formar una selección más fuerte para el futuro. La clave será que los jugadores no solo lleguen a Europa, sino que se consoliden y eleven el nivel competitivo del fútbol mexicano.
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