Djokovic se reencuentra con la victoria en Atenas
El rugido del campeón volvió a escucharse en Grecia. Novak Djokovic, actual número cinco del mundo, selló su pase a la final del ATP 250 de Atenas tras derrotar al alemán Yannick Hanfmann por 6-3 y 6-4 en una hora y 18 minutos de juego. El serbio, de 38 años, desplegó una actuación sólida, precisa y emocional, dejando atrás una serie de semifinales perdidas que habían puesto en duda su dominio en la pista dura.
Desde los primeros minutos, Djokovic mostró su instinto competitivo. Con un break temprano en el primer set, tomó ventaja 3-2 y no soltó el control hasta cerrar el parcial 6-3. Su lenguaje corporal transmitía una mezcla de concentración y determinación, como si cada punto fuera una declaración de que el “viejo león” aún ruge con fuerza.
Una revancha personal tras cuatro semifinales perdidas
La victoria sobre Hanfmann marcó el fin de una etapa difícil para el serbio. Venía de cuatro derrotas consecutivas en semifinales, incluyendo caídas en torneos grandes como Roland Garros, Wimbledon, el US Open y el Masters 1000 de Shanghái. Cada una de ellas había dejado la sensación de que Djokovic estaba perdiendo el filo competitivo que lo caracterizó durante más de una década.
Sin embargo, Atenas lo encontró diferente. Más sereno, más estratégico, y con una capacidad renovada para resistir la presión. Su movilidad fue notable, y su servicio —una de las armas más consistentes de su carrera— volvió a ser clave. En la segunda manga, pese a perder su saque con 2-1, recuperó el control y cerró el set 6-4.
“Ha sido una victoria importante para mí. Necesitaba recuperar ritmo y confianza antes de cerrar la temporada”, habría dicho el serbio tras el encuentro, en un tono que mezcla experiencia y ambición.
El camino hacia el título 101
Con esta clasificación, Djokovic buscará su título número 101 en el circuito ATP, un logro que lo acercaría aún más a las leyendas del tenis. De ganar la final, quedaría a solo dos coronas de Roger Federer (103) y a ocho del récord histórico de Jimmy Connors (109).
Su rival saldrá del duelo entre el estadounidense Sebastian Korda (número 52 del mundo) y el italiano Lorenzo Musetti (número 9), quien necesita ganar el torneo para asegurar su presencia en el Masters de Turín. Sea cual sea el resultado, Djokovic llega a la final como favorito, respaldado por su experiencia y su hambre competitiva intacta.
El año ha sido irregular para el serbio: perdió la final del Masters 1000 de Miami ante Jakub Mensik, pero se coronó en el ATP 250 de Ginebra ante Hubert Hurkacz. Ahora, en Atenas, busca cerrar la temporada con un golpe de autoridad que reafirme su lugar en la historia del tenis moderno.
El legado de Djokovic y su lucha contra el tiempo
A sus 38 años, Djokovic demuestra que el talento no envejece. Su disciplina, preparación física y fortaleza mental siguen siendo ejemplo para las nuevas generaciones. Cada torneo es una oportunidad para ampliar su legado, para desafiar los límites de lo posible y para recordar que su historia aún no ha terminado.
El circuito ATP se prepara para una final vibrante. Atenas será testigo de un nuevo capítulo en la carrera de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, un atleta que ha sabido reinventarse frente a la adversidad y mantener viva la llama de la competencia.
El serbio no solo busca un título más, sino una reafirmación: la de seguir siendo protagonista en una era donde la juventud empuja fuerte, pero la experiencia todavía manda.


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