La pugilista argelina Imane Khelif, ganadora de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, no solo ha marcado un hito en el boxeo femenino, sino que también se ha visto envuelta en una polémica que cuestiona su identidad de género. Con una determinación ejemplar, Khelif superó a la representante china Liu Yang en la categoría de peso Wélter en un combate que culminó en el icónico Estadio Roland Garros. Sin embargo, lo que debería ser una celebración de su talento se ha visto ensombrecido por afirmaciones sobre su «verdadero» género, lo que ha puesto a prueba tanto su fortaleza como los protocolos médicos y éticos en el deporte.
Acusaciones de la IBA y el respaldo del COI
Tras su polémica victoria en la ciudad de París, la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) cuestionó la elegibilidad de Khelif al sostener que la boxeadora «podría ser biológicamente masculina«. Esta acusación se basó en pruebas médicas que, según la IBA, «revelan niveles de testosterona propios de un hombre.» Ioannis Filippatos, entonces presidente del comité médico de la organización, sostuvo públicamente que los resultados del laboratorio respaldaban estas afirmaciones.
Por otro lado, el Comité Olímpico Internacional (COI), en defensa de Khelif y de otra boxeadora también cuestionada, Lin Yu-tin de Taiwán, reafirmó que ambas atletas cumplen con los criterios para competir en sus respectivas categorías femeninas. “Son mujeres en su deporte y queda establecido que se trata de mujeres,” declaró el portavoz del COI, Mark Adams.
Estudios médicos y la revelación de «testículos internos»
Tres meses después de que la controversia saliera a la luz, un estudio publicado en el medio francés Le Correspondant, firmado por el periodista Djaffar Ait Aoudia, expuso detalles que complican aún más el caso de Khelif. Según el informe, la atleta presenta una condición médica conocida como «deficiencia de 5 alfa-reductasa», un trastorno del desarrollo sexual que, según los especialistas, solo se presenta en hombres biológicos.
Este informe reveló que Khelif tiene un cariotipo XY (genéticamente masculino), acompañado de la ausencia de útero y la presencia de testículos internos. Según los especialistas que llevaron a cabo el estudio en hospitales de París y Argel, la condición también podría explicar ciertas características físicas y hormonales propias de los hombres, incluyendo niveles de testosterona más elevados y desarrollo muscular avanzado.
¿Qué es la Deficiencia de 5 Alfa-Reductasa?
La deficiencia de 5 alfa-reductasa es una condición rara que afecta el desarrollo sexual en etapas tempranas de la vida. En términos simples, las personas con esta deficiencia nacen con genitales ambiguos o que aparentan ser femeninos, a pesar de poseer cromosomas XY. Es común que a estos individuos se les asigne el sexo femenino al nacer, y solo en la pubertad se comienzan a manifestar características masculinas, como el desarrollo muscular y cambios en la distribución del vello corporal.
Este tipo de condición ha generado un profundo debate en el ámbito deportivo, especialmente en los deportes femeninos, donde las pruebas de género se han vuelto un tema controvertido. Muchos atletas con condiciones similares han luchado durante años para ser reconocidos en las categorías con las que se identifican.
Reacciones ante el caso de Imane Khelif
La revelación sobre los «testículos internos» de Khelif ha generado un revuelo en la comunidad deportiva y en las redes sociales. Mientras algunos exigen más rigurosidad en las pruebas de género para garantizar la equidad en las competencias femeninas, otros critican lo que consideran un intento de discriminar y excluir a atletas intersexuales.
Ni el COI ni la propia Khelif han hecho declaraciones públicas al respecto desde la publicación de estos hallazgos. Sin embargo, se espera que esta situación impulse una revisión de los protocolos de pruebas de género en el ámbito olímpico y se ajuste a las normas para incluir a atletas con variaciones en el desarrollo sexual.
El ebate de la equidad en el deporte: ¿Hacia dónde vamos?
La situación de Khelif se une a una serie de casos que han cuestionado los límites de la inclusión y la equidad en el deporte. La ciencia médica y las regulaciones deportivas están en constante evolución, y casos como este subrayan la necesidad de políticas claras y justas para todos los atletas.
El deporte de alto rendimiento enfrenta el desafío de equilibrar la inclusión con la equidad competitiva, especialmente cuando se trata de personas con características intersexuales o que no encajan en los patrones biológicos tradicionales. ¿Deben regularse las categorías de acuerdo con el género biológico o con la identidad de género? Es un debate que apenas comienza, y el caso de Imane Khelif podría marcar un antes y un después en esta discusión global.
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