Los bebés sí forman recuerdos desde los primeros meses, revela estudio

Los bebés sí forman recuerdos desde los primeros meses, revela estudio

Durante años, una conversación entre padres podía terminar con la clásica frase: “No se va a acordar, está muy chiquito”. Esta creencia popular, reforzada por décadas de suposiciones científicas, afirmaba que los bebés no podían formar recuerdos duraderos. Sin embargo, un nuevo estudio de las universidades de Yale y Columbia ha puesto esa idea en jaque.

La pequeña Olivia, de apenas 10 meses, observa atenta cómo su madre le muestra un juguete de colores brillantes. Pasan unos días, y cuando vuelve a verlo, sonríe y lo señala con emoción. ¿Instinto? ¿Coincidencia? La ciencia ahora tiene una respuesta más sólida.

El estudio que cambió la narrativa

Publicado en la prestigiosa revista Science, el estudio liderado por el neurocientífico Nick Turk-Browne demuestra que los bebés pueden formar recuerdos episódicos —aquellos ligados a momentos concretos— desde tan temprano como los 4 meses.

Utilizando resonancia magnética funcional (fMRI), los investigadores observaron la actividad cerebral de 26 bebés mientras veían imágenes nuevas y conocidas. La clave: su mirada se detenía más en las imágenes repetidas, y esa respuesta coincidía con mayor activación en el hipocampo, la zona cerebral donde se consolidan los recuerdos.

Amnesia infantil: ¿mito o verdad parcial?

Hasta ahora, la llamada amnesia infantil nos hacía creer que los primeros años de vida eran una especie de vacío sin memoria. Pero este estudio revela que los recuerdos sí se forman, aunque no se conserven o sean inaccesibles más adelante.

Tristan Yates, coautor del estudio, sugiere que la falta de lenguaje y pensamiento simbólico podría dificultar el acceso posterior a esas memorias. “Tal vez están allí, pero no sabemos cómo llegar a ellas”, explicó.

El hipocampo: el motor de la memoria

El hallazgo más revelador del estudio es que los bebés usan las mismas regiones del hipocampo que los adultos para procesar la memoria episódica. A medida que maduran, esta zona se activa con mayor intensidad, especialmente después de los 12 meses, indicando que la capacidad para consolidar recuerdos mejora con la edad.

¿Y qué significa todo esto para los padres?

Estos descubrimientos cambian la forma en que entendemos el desarrollo temprano. Las experiencias que un bebé vive, por simples que parezcan, pueden tener un impacto duradero en su cerebro. A nivel práctico, esto sugiere que el entorno emocional y sensorial en el que crecen es fundamental.

Desde una perspectiva educativa y médica, estos hallazgos abren la puerta a nuevas estrategias para estimular el aprendizaje temprano y detectar problemas de desarrollo neurológico desde etapas más tempranas.

Más allá de la ciencia: una mirada al futuro

Entender que los bebés sí forman recuerdos desde los primeros meses de vida es solo el inicio. La neurociencia infantil tiene ahora una nueva misión: descifrar cómo se almacenan, cómo se pierden o cómo pueden recuperarse esas primeras memorias.

Lo que hasta hace poco parecía un misterio indescifrable, ahora se convierte en un campo fértil para nuevas investigaciones que podrían redefinir nuestra comprensión de la memoria humana.

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