Fumar y vapear: el combo tóxico que no reduce tu riesgo de cáncer

Fumar y vapear: el combo tóxico que no reduce tu riesgo de cáncer

La escena es común: alguien en una terraza enciende un cigarro, lo apaga, y minutos después toma una calada de su vapeador. Muchos creen que esta práctica, llamada “uso dual”, es una forma más segura de fumar. Pero la ciencia dice otra cosa.

Un nuevo estudio de la Sociedad Americana Contra el Cáncer ha puesto en jaque esa creencia. La investigación, publicada en Nicotine and Tobacco Research, revela que fumar y vapear no reduce el riesgo de cáncer. De hecho, quienes practican ambos hábitos inhalan cantidades similares de toxinas cancerígenas que quienes solo fuman cigarrillos tradicionales.

Qué descubrió el estudio sobre los “usuarios duales”

Los investigadores analizaron a 2,700 adultos y hallaron niveles alarmantes de nitrosamina específica del tabaco (una de las sustancias más cancerígenas) en fumadores y usuarios duales. Lo más preocupante: quienes combinan cigarro y vape tenían también niveles más altos de compuestos orgánicos volátiles, sustancias directamente relacionadas con el cáncer.

“Muchas personas creen que el vapeo es una solución intermedia, pero nuestros hallazgos muestran que no es así. El riesgo sigue siendo igual de alto”, explicó Zheng Xue, investigador principal del estudio.

El falso mito del vapeo como estrategia de transición

A menudo, los fumadores buscan el vapeo como una herramienta para dejar el tabaco tradicional. Sin embargo, este estudio confirma que esa estrategia puede volverse contraproducente. Alternar entre ambos productos mantiene la dependencia de la nicotina y expone al cuerpo a múltiples químicos sin ofrecer un beneficio real para la salud.

La verdadera solución: programas para dejar de fumar

Lisa Lacasse, presidenta de la Red de Acción contra el Cáncer, fue clara: “La mejor opción sigue siendo dejar el tabaco por completo. Los programas de cesación, acompañados de medicación, han demostrado ser efectivos para romper con la adicción a la nicotina”.

Las campañas de prevención, especialmente entre jóvenes, son esenciales para frenar este ciclo. Además, se exige a la FDA una regulación más estricta sobre los productos de vapeo, muchos de los cuales circulan sin control ni evidencia de beneficios.

Una historia común

Luis, un joven de 29 años, intentó dejar el cigarro con ayuda del vapeo. Pensaba que poco a poco lograría reducir su consumo. “Al principio me sentía mejor, pero con el tiempo terminé usando ambos más seguido. Era como estar atrapado por partida doble”, cuenta. Hoy, con ayuda médica, está en un programa de cesación y ha comenzado a ver mejoras en su salud.

Menos excusas, más decisiones informadas

La evidencia es contundente: el uso dual de cigarro y vapeo no es una opción segura. Informarse, buscar apoyo profesional y adoptar estrategias basadas en evidencia es la mejor manera de proteger tu salud.

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