El invierno es una estación que pone a prueba no solo nuestra resistencia física, sino también la salud de nuestra piel. La combinación de frío, viento, calefacción y el contraste de temperaturas provoca que nuestra dermis se vea y se sienta más seca, tirante y áspera. ¡Pero no te preocupes! Con los cuidados adecuados, puedes mantener tu piel saludable y luminosa durante toda la temporada. A continuación, te explicamos cómo prevenir y tratar la sequedad de la piel en invierno.
¿Por qué se reseca la piel en invierno?
El frío no solo hace que tiemble el cuerpo, sino que también tiene un impacto directo en nuestra piel. Al reducirse la temperatura, los vasos capilares de la dermis se contraen, lo que dificulta la circulación sanguínea y, por ende, la llegada de oxígeno y nutrientes esenciales. Este fenómeno afecta negativamente la renovación celular, lo que provoca la acumulación de células muertas y una sensación de tirantez.
A esto se le suman otros factores, como el viento, que reseca aún más la piel y provoca descamación, así como la calefacción en interiores, que evapora la humedad natural de la dermis. El resultado es una piel que se ve opaca, áspera y, en muchos casos, irritada.
¿Cómo cuidar el rostro y las manos en invierno?
La piel del rostro y de las manos es la más expuesta a los agentes externos durante el invierno. Esto las convierte en las zonas más vulnerables, y un cuidado adecuado es esencial para evitar que se resequen, agrieten o se irriten.
- Rostro: Durante esta temporada, cambia tu crema de día por una más nutritiva. Busca productos que contengan ingredientes hidratantes como la vitamina E, ácido hialurónico y ceramidas, que ayudan a restaurar la barrera cutánea y previenen la pérdida de humedad. Asegúrate de incluir también una buena protección solar, ya que los rayos UV siguen afectando la piel incluso en invierno.
- Manos: Las manos son particularmente propensas a resecarse debido a la falta de glándulas sebáceas y el contacto frecuente con agua y jabón. Para protegerlas, usa una crema con efecto barrera que ayude a prevenir las grietas. Aplica generosamente y, si es posible, usa guantes cuando salgas al exterior para mantenerlas protegidas del viento.
Cuidado del cuerpo: más allá de las capas de ropa
Aunque la piel del cuerpo está cubierta por varias capas de ropa durante el invierno, esto no significa que no necesite cuidados especiales. Al contrario, el frío y la calefacción pueden hacer que la piel pierda humedad, lo que provoca sequedad en áreas más grandes.
- Hidratación después de la ducha: Después de la ducha, la piel está más receptiva a la hidratación. Aplica una crema hidratante rica en ingredientes como manteca de karité, aceite de almendras o aceite de jojoba para reforzar el manto hidrolipídico y prevenir la pérdida de agua.
- Codos, rodillas y pies: Estas zonas son más propensas a resecarse y agrietarse debido a la falta de cuidados regulares. Presta especial atención a estas áreas, aplicando cremas más untuosas y realizando masajes para mejorar la circulación y la absorción del producto.
- Ropa de algodón: Evita la ropa hecha de fibras sintéticas o lana, ya que pueden irritar la piel y empeorar la sequedad. Opta por prendas de algodón que sean suaves y transpirables, lo que ayudará a mantener tu piel cómoda y protegida.
Consejos adicionales para cuidar la piel en invierno
- Evita duchas calientes: Aunque el calor es tentador en invierno, las duchas muy calientes pueden despojar a la piel de sus aceites naturales, lo que agrava la sequedad. Opta por duchas tibias y usa jabones suaves y sin fragancia.
- Beber suficiente agua: La piel necesita hidratación desde adentro, por lo que no olvides mantenerte bien hidratado. Bebe suficiente agua a lo largo del día, incluso si no tienes sed.
- Mascarillas nutritivas: Una vez a la semana, realiza una mascarilla facial y corporal hidratante. Los ingredientes naturales como la miel, el aguacate y el yogurt son ideales para mantener la piel suave y saludable.
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