Con tono firme y optimista, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció que la reforma a la Ley Aduanera, aprobada por la Cámara de Diputados, marcará un antes y un después en la lucha contra la evasión fiscal y las irregularidades aduaneras.
“Con esta reforma se hacen distintos mecanismos para garantizar que se paguen los impuestos y que el proceso de entrada y salida de mercancías sea más expedito y transparente”, declaró Sheinbaum desde Palacio Nacional.
La mandataria explicó que la nueva normativa refuerza la responsabilidad de los servidores públicos y de los agentes aduanales, actores clave en el manejo de mercancías que ingresan y salen del país.
Transparencia y rendición de cuentas en el comercio exterior
Sheinbaum señaló que la figura del agente aduanal —un profesional que funge como auxiliar del gobierno— había operado durante años con poca supervisión y, en algunos casos, sin rendición de cuentas.
“Durante mucho tiempo, los agentes aduanales se heredaban. No había revisión. Ahora serán responsables si se detectan irregularidades en los pedimentos o en el contenido de los contenedores”, enfatizó.
El objetivo, dijo, no es solo castigar la evasión fiscal, sino también modernizar la gestión aduanera, agilizando los trámites y fortaleciendo la confianza de inversionistas y exportadores.
Un paso clave contra la evasión fiscal
La evasión fiscal en aduanas representa uno de los desafíos más persistentes del sistema económico mexicano. Según especialistas, las omisiones o falsificaciones en pedimentos aduanales generan pérdidas millonarias al erario cada año.
La presidenta destacó que esta reforma fue resultado de una estrecha colaboración con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que participó en la redacción y ajuste de los artículos más sensibles de la iniciativa.
“Hubo diálogo con Hacienda y se modificaron algunos planteamientos originales. El objetivo es que los procesos sean claros, digitales y con total transparencia”, apuntó Sheinbaum.
Comercio más ágil, país más confiable
Además del combate a la corrupción, la reforma busca agilizar la logística de importación y exportación, garantizando que México mantenga su competitividad en el marco del T-MEC y otros tratados internacionales.
Sheinbaum insistió en que “la modernización aduanera es clave para que el país siga creciendo y mantenga su liderazgo en el comercio con América del Norte”.
La reforma contempla la digitalización de procesos, el fortalecimiento del control fiscal y una nueva estructura de responsabilidades administrativas y penales en caso de omisiones o fraudes.
Una reforma con impacto estructural
Expertos en derecho fiscal destacan que la medida reforzará la confianza internacional en el sistema mexicano de comercio exterior, reduciendo prácticas ilícitas como el subregistro de mercancías o la manipulación de valores aduaneros.
En el plano político, la reforma también fortalece la narrativa de transparencia y justicia fiscal del actual gobierno, alineada con el combate a la corrupción que Sheinbaum ha convertido en una de sus principales banderas.
Una nueva era de control y legalidad
Con la aprobación de esta reforma, el mensaje del gobierno es claro: no más irregularidades ni evasiones fiscales en las aduanas mexicanas.
La ley no solo actualiza procedimientos, sino que exige responsabilidad y ética en cada operación aduanera, garantizando que México avance hacia un comercio más justo, eficiente y confiable.
