Boing vs Coca Cola es una comparación que ha cobrado relevancia tras los recientes análisis de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), en un contexto marcado por el aumento del IEPS a bebidas azucaradas previsto para 2026. Ambas bebidas son ampliamente consumidas en México, pero ¿realmente una es más saludable que la otra? Los datos oficiales muestran que la diferencia no es tan grande como muchos piensan.

El análisis de Profeco sobre bebidas azucaradas
Boing vs Coca Cola fue uno de los comparativos destacados en la Revista del Consumidor, donde Profeco evaluó el contenido de azúcar y calorías de distintas bebidas. Aunque Boing se promociona como un jugo elaborado con fruta natural, sus niveles de azúcar siguen siendo elevados y comparables a los de los refrescos tradicionales.
Las mediciones se realizaron por cada 100 mililitros, lo que permite una comparación directa y clara entre productos.
Cuánta azúcar tiene Boing realmente
Boing vs Coca Cola muestra que el jugo mexicano no está exento de advertencias nutricionales. Según Profeco, estas son las cantidades de azúcar encontradas en diferentes presentaciones de Boing:
- Boing manzana tetrapack 200 ml: 7.3 g de azúcar
- Boing naranja tetrapack 250 ml: 7.4 g de azúcar
- Boing durazno tetrapack 200 ml: 7.7 g de azúcar
- Boing mango tetrapack 250 ml: 8.1 g de azúcar
- Boing guayaba botella de vidrio 237 ml: 7.1 g de azúcar
Todas estas versiones presentan dos sellos octagonales negros: Exceso de azúcar y Exceso de calorías, lo que confirma que, aunque provenga de fruta, el contenido azucarado sigue siendo alto.
Coca Cola y su contenido de azúcar
En la comparación Boing vs Coca Cola, el refresco más popular del mundo tampoco sale bien librado. De acuerdo con Profeco, una Coca Cola Original en lata de 355 ml contiene 7.5 g de azúcar por cada 100 ml, una cifra prácticamente idéntica a la de Boing.
Además, Coca Cola incluye otros componentes como sacarosa, glucosa y cafeína, lo que la hace acreedora no solo a los sellos de exceso de azúcar y calorías, sino también a advertencias específicas:
- Contiene edulcorantes, no recomendable en niños
- Contiene cafeína, evitar en niños
Estas advertencias no aparecen en Boing, aunque especialistas coinciden en que su consumo excesivo tampoco es recomendable para menores ni para personas con diabetes.
Calorías: diferencias mínimas entre ambas bebidas
Otro punto clave en el debate Boing vs Coca Cola es el aporte calórico. Los resultados muestran que la diferencia es prácticamente inexistente:
- Boing de naranja 250 ml: 30 kcal por cada 100 ml
- Coca Cola Original 355 ml: 30 kcal por cada 100 ml
Esto confirma que, desde el punto de vista energético, ambas bebidas aportan cantidades similares de calorías. La principal diferencia radica en el tipo de ingredientes adicionales, como la cafeína y los edulcorantes presentes en el refresco.
El impacto del IEPS y el reto para Boing
El análisis Boing vs Coca Cola cobra mayor importancia ante el aumento del IEPS a bebidas azucaradas que entrará en vigor en 2026. El impuesto pasará de 1.64 a 3.08 pesos por litro, afectando tanto a bebidas tradicionales como a versiones “light”.
Para la Cooperativa Pascual, este incremento representa un desafío significativo. Su modelo, basado en fruta mexicana y azúcar de caña, será gravado de la misma forma que productos elaborados con jarabe de maíz de alta fructosa importado. Esto podría traducirse en precios más altos, menor competitividad y riesgos para el empleo de miles de trabajadores.
Estrategias para adaptarse al nuevo escenario
Ante este panorama, Pascual ha comenzado a reducir el contenido de azúcar en algunos productos y a lanzar alternativas sin azúcares añadidos, como la línea Néctasis. La intención es cumplir con la regulación fiscal sin perder la identidad de una marca profundamente arraigada en el consumo cotidiano de los mexicanos.
En el debate Boing vs Coca Cola, los datos de Profeco dejan claro que ninguna de las dos bebidas puede considerarse saludable si se consume en exceso. La recomendación de las autoridades sigue siendo la misma: moderación, lectura de etiquetas y preferencia por opciones con menor contenido de azúcar, especialmente en el caso de niños y personas con enfermedades metabólicas.