Petro coincide con Trump: fentanilo como arma de destrucción masiva

El presidente de Colombia respalda la postura de Donald Trump y advierte que el fentanilo es la amenaza más letal para la sociedad estadounidense.

Petro coincide con Trump: fentanilo como arma de destrucción masiva
Petro coincide con Trump: fentanilo como arma de destrucción masiva

Petro coincide con Trump en un punto que hasta hace poco parecía improbable: la necesidad de reconocer al fentanilo como una amenaza de dimensiones comparables a un arma de destrucción masiva. La afirmación, realizada por el presidente colombiano Gustavo Petro a través de su cuenta oficial en X, marca un momento político relevante y rompe con la narrativa tradicional que suele separar a los gobiernos progresistas latinoamericanos de las posturas de la derecha estadounidense.

Desde Bogotá, Petro no solo respaldó la idea impulsada por Donald Trump, sino que fue más allá al señalar que el fentanilo representa “el arma de destrucción masiva más letal” que enfrenta actualmente la sociedad de Estados Unidos. La declaración se da en un contexto de cifras récord de muertes por sobredosis en ese país y reaviva el debate sobre responsabilidades compartidas en la lucha contra las drogas sintéticas.

Una coincidencia política que cambia el tono del debate

Que Petro coincide con Trump no es un hecho menor. Ambos mandatarios representan visiones ideológicas opuestas, pero el impacto devastador del fentanilo parece haber creado un punto de convergencia. Para Petro, el problema no puede analizarse únicamente desde la óptica del narcotráfico tradicional en América Latina, sino como un fenómeno industrial, sanitario y social profundamente arraigado en Estados Unidos.

“El fentanilo es consumido masivamente en Estados Unidos”, subrayó el mandatario colombiano, al tiempo que cuestionó que la producción de esta droga se concentre también en territorio estadounidense. Su postura introduce un matiz clave: no basta con señalar a los países productores de insumos, sino que es necesario revisar dónde y cómo se transforma la sustancia en un producto letal.

El caso del colombiano extraditado y el foco en la producción

Uno de los elementos más reveladores del mensaje presidencial fue la referencia a un ciudadano colombiano extraditado por producción de fentanilo. Según explicó Petro, el análisis del caso mostró que la droga no se fabricaba en Colombia, sino en el estado de Pensilvania.

Este señalamiento refuerza la narrativa de que el fenómeno del fentanilo no responde al esquema clásico del narcotráfico latinoamericano, sino a redes internas de producción y distribución dentro de Estados Unidos. En ese sentido, Petro coincidió con Trump en la gravedad del problema, pero introdujo una crítica directa: Washington debe asumir un rol central en frenar su propia producción.

Trump, el fentanilo y la narrativa de seguridad nacional

Donald Trump anunció que clasificará al fentanilo como arma de destrucción masiva tras el récord histórico de muertes por sobredosis. El opioide sintético, hasta 50 veces más potente que la heroína, se ha convertido en la principal causa de muerte por drogas en Estados Unidos, superando incluso a accidentes automovilísticos y armas de fuego en ciertos rangos de edad.

Desde esta perspectiva, la coincidencia con Petro no solo valida la gravedad del diagnóstico, sino que amplifica el alcance del debate. Al tratarse de un tema de seguridad nacional y salud pública, la clasificación propuesta por Trump busca endurecer políticas y justificar acciones más agresivas contra las redes vinculadas a esta droga.

Petro coincide con Trump en un giro regional inesperado

A mitad del debate, queda claro que Petro coincide con Trump en el diagnóstico, aunque no necesariamente en todas las soluciones. Mientras el expresidente estadounidense enfatiza la securitización del problema, el mandatario colombiano pone el acento en la corresponsabilidad y en la necesidad de atacar las causas estructurales del consumo y la producción.

Este punto de encuentro abre la puerta a una discusión más amplia en la región. Si el fentanilo es reconocido como una amenaza de escala masiva, los esquemas tradicionales de cooperación antidrogas podrían resultar insuficientes y requerir un replanteamiento profundo.

Un debate que trasciende ideologías

La coincidencia entre Petro y Trump revela cómo la crisis del fentanilo ha logrado cruzar fronteras ideológicas. No se trata solo de una droga más, sino de un fenómeno que combina fallas del sistema de salud, desigualdad social, producción química avanzada y redes criminales altamente especializadas.

Para Colombia, el mensaje de Petro busca deslindar responsabilidades y evitar que el país sea señalado automáticamente como origen del problema. Para Estados Unidos, la postura refuerza la urgencia de actuar frente a una epidemia que ya ha cobrado cientos de miles de vidas.

Un punto de inflexión en la discusión global sobre drogas

La declaración de que Petro coincide con Trump en torno al fentanilo puede marcar un punto de inflexión en la conversación internacional sobre drogas sintéticas. Más allá de afinidades políticas, el consenso sobre la magnitud del daño obliga a replantear estrategias, responsabilidades y marcos legales.

Al final, el reconocimiento del fentanilo como un arma de destrucción masiva no es solo una etiqueta simbólica. Es una advertencia sobre el nivel de devastación que esta sustancia provoca y sobre la urgencia de una respuesta coordinada que vaya más allá de discursos tradicionales, incluso cuando Petro coincide con Trump en un escenario político inesperado.

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