Las negociaciones de paz en Ucrania volvieron a ocupar el centro del escenario internacional luego de que Vladimir Putin afirmara que Rusia no descarta un acuerdo diplomático, aunque dejó claro que cualquier avance estará condicionado por la realidad militar sobre el terreno. En su conferencia anual, el mandatario ruso utilizó un tono cuidadosamente calculado: abrió la puerta al diálogo, pero al mismo tiempo alardeó de los avances de sus tropas y lanzó advertencias directas a Europa.
El mensaje fue inequívoco. Para Moscú, la paz solo es posible bajo sus términos.
Putin exhibe avances militares mientras habla de diálogo
Durante su intervención, Putin aseguró que el ejército ruso avanza “en toda la línea de contacto” y que las fuerzas ucranianas se encuentran en retirada en múltiples frentes. Destacó especialmente la situación en Donetsk y Kharkov, regiones clave en el desarrollo del conflicto.
Según el presidente ruso, las tropas de Moscú controlan parcialmente ciudades estratégicas como Mirnograd y Kostiantínivka, ambas en Donetsk. En el caso de Mirnograd, afirmó que la ciudad está completamente rodeada y que las fuerzas ucranianas intentan escapar en pequeños grupos. En Kostiantínivka, se mostró confiado en que el control total será cuestión de tiempo.
En Kharkov, Putin sostuvo que Kúpiansk se encuentra bajo control ruso desde hace semanas y que cerca de 15 batallones ucranianos permanecen cercados en la ribera del río Oskil. Estas afirmaciones refuerzan la narrativa del Kremlin de una ofensiva sostenida y exitosa.
Negociaciones de paz en Ucrania y el obstáculo territorial
Putin reiteró que Rusia está dispuesta a retomar las negociaciones de paz en Ucrania, pero subrayó que el principal obstáculo sigue siendo la cuestión territorial. Para Moscú, cualquier acuerdo debe incluir la retirada de las fuerzas ucranianas de las cuatro regiones anexionadas en 2022.
“Eliminación de las causas originales del conflicto”, repitió el mandatario, una fórmula que en el lenguaje del Kremlin implica el reconocimiento de los territorios ocupados y un cambio estructural en la política de seguridad ucraniana.
Aunque afirmó haber recibido señales de Kiev sobre una posible disposición al diálogo, Putin dejó claro que Ucrania aún no acepta discutir el tema central: la soberanía territorial.
Datos enfrentados y guerra de narrativas
El Kremlin sostiene que en 2025 Rusia habría tomado más de 6.300 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano y que, desde el inicio de la guerra, controla casi una quinta parte del país. Sin embargo, organismos independientes como el Instituto para el Estudio de la Guerra reducen drásticamente estas cifras, situando el control ruso en menos del 1% del territorio.
Desde Kiev, la versión es radicalmente distinta. El jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Sirski, aseguró que la mayoría de las fuerzas rusas fueron expulsadas de Kúpiansk. El propio Volodimir Zelensky visitó la ciudad y difundió imágenes para demostrar el control ucraniano.
Putin respondió con ironía, calificando a Zelensky como un “artista talentoso” y cuestionando la autenticidad de su presencia en la ciudad.
Europa, los fondos congelados y la presión judicial
Más allá del frente militar, Putin lanzó un mensaje directo a Europa al referirse a los activos rusos congelados. Afirmó que los países europeos “tendrán que devolver lo robado” y advirtió que Rusia buscará recuperar esos fondos por la vía judicial.
El presidente ruso calificó las sanciones occidentales como un “atraco abierto”, elevando la tensión diplomática con la Unión Europea en un momento en el que el bloque debate el uso de esos activos para apoyar a Ucrania.
La guerra y las prioridades internas rusas
La conferencia anual de Putin recibió más de 2,7 millones de preguntas, superando registros anteriores. Curiosamente, solo una parte menor estuvo relacionada con la guerra. La mayoría se centró en temas sociales como jubilaciones, salud y subsidios, una señal de que el Kremlin busca proyectar normalidad interna pese al conflicto.
Esta combinación de control interno, avances militares y discurso diplomático explica la estrategia rusa: negociar desde una posición de fuerza.
Negociaciones de paz en Ucrania: una paz bajo condiciones
Al cierre de su intervención, Putin se mostró confiado en que las fuerzas rusas consolidarán su dominio en ciudades clave y anticipó nuevos avances. El mensaje final fue claro: las negociaciones de paz en Ucrania siguen sobre la mesa, pero no como una concesión, sino como la culminación de una victoria estratégica.
Para Moscú, la diplomacia no sustituye a la guerra; la complementa. Y mientras esa lógica prevalezca, las negociaciones de paz en Ucrania seguirán siendo tan complejas como el conflicto mismo.
