La tragedia ha golpeado a Chipre. Al menos dos personas han sido encontradas sin vida dentro de un vehículo calcinado mientras un incendio forestal masivo y fuera de control arrasa la región de Limasol, forzando evacuaciones masivas.
Un infierno de llamas avanza sin control por las zonas montañosas del distrito de Limasol, en el sur de Chipre, dejando un rastro de muerte y devastación. Las autoridades confirmaron el hallazgo de dos cuerpos carbonizados en un vehículo, víctimas de un incendio forestal que ha quemado ya unos 100 kilómetros cuadrados de terreno, destruido viviendas y provocado la evacuación de más de una docena de comunidades.
“Infierno en la Tierra”: La escala de la devastación
El incendio, que comenzó en la tarde del miércoles, se ha propagado con una velocidad aterradora, alimentado por condiciones meteorológicas extremas. La escala de la catástrofe se mide en cifras alarmantes:
- Superficie Afectada: Aproximadamente 100 kilómetros cuadrados de bosques, cultivos y zonas residenciales han sido arrasados por el fuego.
- Comunidades Evacuadas: Al menos 14 pueblos y campamentos han sido evacuados de forma urgente, con más de 106 residentes reubicados en alojamientos temporales.
- Daños Materiales: Se informa de la destrucción de al menos 20 viviendas, una subestación eléctrica completamente calcinada que ha dejado a 15 pueblos sin electricidad, y la pérdida de patrimonio cultural, como la histórica Iglesia de Agios Ioannis el Ruso en Vouni, que fue consumida por las llamas.
- Víctimas: Además de los dos fallecidos, al menos 16 personas han sido hospitalizadas, dos de ellas con quemaduras graves.
Una lucha desesperada contra el fuego y el clima
Los equipos de emergencia se enfrentan a un enemigo doble: el fuego y el clima. El incendio ha sido avivado por una intensa ola de calor, con temperaturas que han alcanzado los 44°C (111°F), y por vientos fuertes y erráticos que dificultan enormemente las labores de extinción.
Más de 250 bomberos, con 75 vehículos y una flota de hasta 14 aeronaves, luchan sin descanso en múltiples frentes. Sin embargo, la virulencia de las llamas ha superado la capacidad de respuesta inicial.
«Las casas han sido destruidas. Los residentes se vieron obligados a evacuar sin órdenes oficiales.» – Líder de la comunidad de Kyvides.
La respuesta internacional y la furia de los residentes
Ante la magnitud del desastre, el gobierno chipriota ha activado el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea. La ayuda internacional ha comenzado a llegar: España ha enviado dos aviones de extinción, Jordania ha contribuido con helicópteros y un helicóptero Chinook de la base británica de la RAF en la isla se ha unido a las operaciones.
A pesar de este despliegue, la frustración y la ira crecen entre los afectados. Numerosos residentes han criticado duramente la respuesta de las autoridades, calificándola de «desorganizada» y tardía. En algunas zonas, los vecinos tuvieron que huir por sus propios medios antes de recibir una orden oficial, lo que evidencia una brecha entre la gestión de la emergencia y la percepción de los ciudadanos en el terreno.
Este desastre se perfila como uno de los peores que ha sufrido la isla en años, exacerbado por las condiciones de sequía extrema tras tres inviernos áridos. Es un sombrío recordatorio de cómo el cambio climático está convirtiendo los incendios forestales en una amenaza casi constante cada verano en el Mediterráneo.


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