La decisión de Emmanuel Macron de reconocer a Palestina ha detonado una bomba diplomática, generando una cascada de reacciones que van desde el apoyo incondicional hasta la condena más enérgica, redibujando las líneas de la política global en tiempo real.
Global.- Pocas decisiones diplomáticas en la historia reciente han provocado una reacción en cadena tan inmediata y polarizada. El anuncio del presidente francés, Emmanuel Macron, de que reconocerá al Estado de Palestina ha dividido al mundo en dos bloques claros, dejando al descubierto las profundas fisuras que existen dentro de Occidente y realineando las posturas geopolíticas a una velocidad vertiginosa.
El Eje del Rechazo: Israel, EE.UU., Alemania e Italia
La oposición a la medida francesa ha sido liderada, como era de esperar, por Israel y Estados Unidos, pero ha encontrado un eco significativo en el corazón de Europa.
- Israel: La reacción fue visceral. El gobierno israelí no solo lo calificó como una «recompensa al terror», sino que el embajador en Francia lo tildó de «error histórico».
- Estados Unidos: El aliado transatlántico más poderoso de Francia no tuvo reparos en expresar su «firme rechazo». El Secretario de Estado, Marco Rubio, llegó a describirlo como una «bofetada en la cara para las víctimas del 7 de octubre».
- Alemania: Berlín optó por una postura más cautelosa pero igualmente negativa, afirmando que no prevé un reconocimiento «a corto plazo» y subrayando que la seguridad de Israel sigue siendo de «importancia primordial» para su política exterior.
- Italia: La voz más dura dentro de la UE provino del viceprimer ministro Matteo Salvini, quien, sin rodeos, declaró que reconocer a Palestina en este momento es «un regalo a Hamás», una afirmación que incendió el debate europeo.
El Bloque del Apoyo: Países Árabes y Europeos Precursores
En el otro lado del espectro, el anuncio de Macron fue recibido con un aplauso casi unánime.
- Autoridad Palestina: El presidente Mahmud Abás lo calificó como una «victoria para la causa palestina», y hasta Hamás lo consideró un «paso positivo».
- Países del Golfo: Potencias como Arabia Saudí, Qatar y Kuwait elogiaron la decisión, viéndola como un paso crucial para fortalecer las posibilidades de una «paz justa y completa» en la región.
- Precursores Europeos: España, Irlanda y Noruega, que ya habían dado este paso en mayo de 2024, mostraron su apoyo inmediato. El presidente español, Pedro Sánchez, afirmó que juntos deben «proteger lo que Netanyahu intenta destruir: la solución de dos Estados».
El Dilema Británico: Atrapado entre Aliados
En medio de esta tormenta, la posición del Reino Unido ha sido particularmente reveladora. El nuevo gobierno del Primer Ministro Keir Starmer se encuentra en una encrucijada post-Brexit. Por un lado, su alianza histórica con Estados Unidos le impide apoyar la medida. Por otro, necesita reconstruir puentes con las potencias europeas como Francia y Alemania, con quienes forma el llamado «E3», el motor de la seguridad europea.
La respuesta de Starmer ha sido un ejercicio de equilibrio diplomático: no condenó ni apoyó el reconocimiento, sino que convocó una llamada de «emergencia» con Macron y el canciller alemán para hablar de la «catástrofe humanitaria» en Gaza. Esta postura, aunque prudente, ha sido interpretada por muchos analistas como un signo de la difícil posición y la disminuida influencia del Reino Unido en el escenario global, atrapado entre sus dos principales esferas de influencia.
