La compañía brasileña de infraestructuras y transportes Motiva anunció la venta de los veinte aeropuertos que administra al Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR), por un monto de 5 mil millones de reales ,equivalentes a 939.4 millones de dólares, en una operación que abarca terminales de Brasil, Ecuador, Costa Rica y Curazao.
El acuerdo contempla todas las acciones de Motiva en la Compañía de Participación en Concesiones (CPC), que reúne la totalidad de los activos aeroportuarios de la empresa tanto en Brasil como en el extranjero.
Entre los aeropuertos incluidos destacan el Mariscal Sucre de Quito, el Juan Santamaría de Costa Rica y el Willemstad de Curazao, además de terminales en capitales brasileñas como Belo Horizonte, Curitiba, Goiânia, Palmas, Teresina y São Luís.
Venta y expansión internacional de ASUR

En total, los 17 aeropuertos brasileños y los tres internacionales movilizaron 45 millones de pasajeros el año pasado, según el último balance de Motiva. También forman parte del paquete terminales ubicadas en destinos turísticos relevantes como Foz do Iguaçu, Navegantes y Joinville.
De acuerdo con el comunicado al mercado, el comprador directo es el Aeropuerto de Cancún, una de las subsidiarias de ASUR, grupo que actualmente opera nueve terminales en México, entre ellas las de Cancún, Cozumel, Mérida y Oaxaca, además del aeropuerto de San Juan en Puerto Rico.
Motiva precisó que la operación aún está sujeta a la aprobación de los organismos reguladores de cada país involucrado, así como a ajustes que deberán realizarse antes del cierre definitivo. El acuerdo estipula además que ASUR asumirá las deudas actuales de la CPC.
La empresa brasileña indicó que esta desinversión está alineada con su Plan Estratégico, que apuesta por simplificar su portafolio y concentrarse en proyectos rentables y selectivos vinculados a carreteras y transporte ferroviario. Motiva es una de las principales concesionarias de carreteras, aeropuertos y puertos de Brasil, así como operadora relevante de trenes y metro.
La firma ya había adelantado en mayo su intención de desprenderse de sus activos aeroportuarios y desde entonces mantuvo negociaciones con distintos interesados, entre ellos el grupo español Aena y la Corporación América Airports (CAAP) de Argentina.